28/04/2024
03:24 PM

'De inmediato supe que era inocente”: abogado de Clemente Aguirre

Uno de los primeros momentos de libertad del hondureño, que se salvó de la pena capital, fue comer un bistec En exclusiva para LA PRENSA, el abogado defensor dio detalles del caso

San Pedro Sula, Honduras

Una bocanada de aire fresco, aire de libertad, marcó los primeros momentos fuera de prisión de Clemente Javier Aguirre Jarquín, el hondureño exonerado de un doble asesinato ocurrido en 2004 y que le significó pasar 14 años de su vida en prisión, 10 de ellos en el “corredor de la muerte”.

Gracias al equipo legal formado por la organización Innocence Project (Proyecto Inocencia) se demostró finalmente que Aguirre no cometió los crímenes del que fue acusado: las muertes violentas de Cheryl Williams (de 47 años) y Carol Bareis (de 68) en el condado de Seminole, al norte de Florida.

Situación migratoria
El equipo legal que representa a Clemente lo ayudará a presentar un recurso de asilo para regularizar su situación migratoria.

Tras su liberación, Clemente llamó a su familia para darles la buena noticia y luego pudo disfrutar de un placer que muchos dan por sentado: una buena comida cortesía de su equipo legal, que lo acompañó en la feliz ocasión.

“Comió un bistec y se tomó una cerveza”, comentó a LA PRENSA Joshua Dubin, el abogado que lideraba el equipo legal que defendió a Clemente y logró que lo liberaran.

Pero todos esos años de encierro, y nada menos que en el “corredor de la muerte”, cobraron un precio en la salud mental de Clemente, quien parece por momentos que no termina de creerse que se encuentra realmente libre.

“Lo está procesando lentamente”, explica Dubin, sobre la condición psicológica del hondureño. “Es un poquito abrumador y será todo un proceso para él, pero lo está tomando un paso a la vez”, agrega el abogado.

A pesar de esta especie de shock que le produce su liberación, Dubin asegura que Clemente “está de muy buen ánimo y se lo toma un minuto a la vez”, y no es de extrañar, luego de pasar tanto tiempo encerrado y vivir día tras día en la incertidumbre de saber que cualquiera de ellos podía ser el último.

Foto: La Prensa

El hondureño Clemente Aguirre junto con el abogado Joshua Dubin.

“Yo creí en él”. Por fortuna para Clemente, su vida se encaminó a dar un giro radical el día que Innocence Project se contactó con Joshua Dubin en 2016 en relación con el caso del hondureño y ofreciéndole la oportunidad de tomarlo, como suele suceder en los casos que remite Innocence Project, ad honorem.

“Me reuní con Clemente y analizamos el caso y de inmediato supe que él era inocente, y Clemente y yo nos conectamos de verdad y yo creí en él y por eso luché (a favor de él)”, explica el abogado.

Sus esfuerzos rindieron fruto y culminaron en la exoneración de Clemente.

Momentos claves

Febrero de 2006
Sentencia. Clemente Javier Aguirre Jarquín fue condenado a muerte por los asesinatos a puñaladas de dos vecinas suyas en 2004 en Florida. Pasaría los siguientes 14 años tratando de demostrar su inocencia.

Octubre de 2016
Anulación. El Tribunal Supremo de Florida anuló la condena a muerte impuesta al hondureño y ordenó que se celebrara un nuevo juicio. Ante las “nuevas pruebas de inocencia que su jurado original nunca escuchó”, destacó Innocence Project.

Noviembre 2018
Liberación. Con la consideración de la nueva evidencia presentada, en una audiencia celebrada el lunes en el condado de Seminole, en el norte de Florida, el juez John D. Galluzo desechó todos los cargos contra Aguirre.

Evidencia crucial

Este caso demuestra que ningún sistema de justicia es perfecto y está expuesto a cometer errores, una equivocación que pudo haber resultado en la muerte de un hombre inocente. El abogado Dubin explica que en la causa judicial de Clemente las pruebas proporcionadas por el ADN resultaron cruciales para demostrar su inocencia.

“Creo que la evidencia crucial fue la del ADN, que demostró que su sangre no estaba (presente) en la escena del crimen”, dice el abogado.

La importancia de este detalle resalta con mayor claridad cuando se toma en consideración que una de las víctimas murió a consecuencia de un violento ataque con cuchillo, durante el cual se produjo una pelea, que no deja dudas de que el atacante debió resultar también con alguna herida y de haber sido culpable, la sangre de Clemente tendría forzosamente que estar en la escena del crimen.

Por un lado, Dubin asegura que la sangre hallada cerca de la víctima pertenecía a la persona hacia la que se cree que apunta la evidencia: la hija y nieta de las víctimas. Por otro lado, esta persona, identificada como Samantha Williams, confesó haber cometido el crimen en diversas ocasiones y ante diferentes personas.

“Ella se lo confesó a un montón de gente en un montón de ocasiones”, dice el abogado, y a eso se suma el hecho de que Williams amenazara (de muerte) a su madre desde antes de los asesinatos.

Un par de semanas después de iniciado el nuevo juicio, el equipo de defensa del hondureño logró poner en serias dudas la coartada de la hija. Un testimonio clave en el juicio fue el de la esposa del exnovio de Williams, quien testificó que el día de los asesinato la vio salir de la casa de su madre por una ventana, despertando sus sospechas.

En este punto es lógico preguntarse por qué, si las pruebas a favor de la inocencia de Clemente eran tan evidentes, fue condenado de todos modos y peor aún, sentenciado a muerte.

La respuesta la da Innocence Project, que en una referencia al caso explicó que en 2016 “el (Tribunal) Supremo de Florida ‘anuló por unanimidad’ la condena y sentencia de muerte contra Aguirre ante las ‘nuevas pruebas de inocencia que su jurado original nunca escuchó’”. “Fue una combinación de todo eso”, dijo Dubin, lo que ayudó a Clemente Aguirre a recuperar la libertad de la que injustamente le privaron. Fue la Fiscalía la que retiró los cargos el lunes pasado.

“Mi familia no me abandona”, dijo clemente a la Prensa. En 2013, un equipo de LA PRENSA realizó una serie de reportajes sobre los hondureños en el corredor de la muerte y conversó con Clemente Aguirre, quien dijo: “Hay elementos que pueden demostrar mi inocencia y por eso estoy feliz.

Lo que sigue ahora

Aguirre nació en Tegucigalpa en 1980 y llegó a Estados Unidos de manera irregular en 2003, por lo que al momento de su detención era un migrante indocumentado.

Ahora que ha recuperado su libertad surge la cuestión de qué pasará con su estatus migratorio.

Su abogado asegura que en estos momentos se encuentran trabajando en el proceso para regularizar la situación del hondureño. “Él va a pasar por un proceso de asilo aquí en Estados Unidos y posiblemente reciba una visa”, dice Dubin.

Otro aspecto en relación con este caso es la posibilidad de que Clemente reciba una compensación económica por daños y perjuicios, algo que, de hecho, ha ocurrido en otros casos manejados por Innocence Project.

Sobre el particular, el abogado Dubin dijo que el equipo legal está “evaluando” esta posibilidad, pero todavía no podía adelantar nada al respecto. En cualquier caso, para Aguirre, escapar de la muerte y recuperar la libertad es su propia recompensa.