Jutiapa, Atlántida.
María Ventura Martínez Quintanilla (61) y su esposo, de origen mexicano, Roberto Saucedo Escarcega (72), fueron ultimados ayer en el barrio Lempira de este municipio en horas de la mañana, confirmó la Policía Nacional Preventiva.
Indagaciones preliminares apuntan a que una disputa familiar habría sido la causa del lamentable hecho en el que perdió la vida la pareja.
De acuerdo a vecinos, Martínez era dueña de la cuartería ubicada en el mismo predio de su vivienda, donde además residía con su compañero de hogar y en la que fueron baleados por una persona no identificada a eso de las 6:30 am de ayer.
Testigos relataron que escucharon las voces de personas discutiendo en su casa desde horas tempranas de ayer. Según los testimonios, los alegatos escalaron al punto de amenazas y luego prosiguieron los disparos que alteraron la paz del calmado vecindario.
Unos tres tiros se escucharon en la madrugada, pero por temor los inquilinos aseguraron que no salieron de sus habitaciones. “Cuando se calmó todo y escuchamos que alguien salió a toda prisa por el portón de enfrente, corrimos a ver si habían heridos”, dijo una allegada. Otra de las vecinas, dijo, “Escuchamos fuertes discusiones, gritos y pensamos que se trataba de un asunto de familia”.
La puerta de la casa de las víctimas estaba abierta y en el suelo yacían sus cuerpos ensangrentados. De inmediato, los alarmados pobladores alertaron a la Policía.
Según el informe preliminar de las autoridades, la señora fue trasladada al Hospital Atlántida en La Ceiba gravemente herida, mientras que su esposo fue declarado muerto en la escena y su cuerpo fue trasladado a la morgue de Medicina Forense de la ciudad.
Minutos más tarde, en la sala de emergencia falleció Martínez a causa de las heridas de arma de fuego que sufrió.
Hasta ayer, según informaron los investigadores, el principal sospechoso del doble crimen es un hijo de la ahora occisa, quien vivía con su esposa en un cuarto al lado de su madre y padrastro.
Sin embargo, personas cercanas al joven aseguran que este no pudo haber lastimado a su primogénita.
“Los hijos de doña Ventura son buenos muchachos, son estudiados y no creemos que él le haya hecho eso a su madre”, dijo una amiga de la familia.
A doña María la recuerdan por ser una mujer luchadora. Cuando joven, trabajó por muchos años en los Estados Unidos y retornó con sus ahorros para construir su casa y unos cuartos para alquilar. Fue en el país norteamericano que conoció a su esposo con quien vivía.
