Reina Burgos encontró la muerte cumpliendo su abnegada labor de protección y dar amor a los animales, que era su pasión.
La defensora de los animales murió el miércoles al ser embestida la motocicleta en que se conducía con su hijo por una rastra en la carretera de Ticamaya, cuando iba a enterrar a una perrita que tenía en su casa, que sirve de albergue.
“Siempre decía que quería ser millonaria para ayudar a todos los animales y que quería tener dinero para tener esos grandes lugares con todas las comodidades y gran cantidad de animales”, relató su hijo Carlos Garay en la sala velatoria de una funeraria donde estaba el cuerpo de su madre.
“Su sueño siempre fue eso, poder salvar, rescatar, ayudar y velar por los animales”, recordó el joven, quien describió a su madre como una mujer que luchaba por las buenas causas.
Carlos refirió que su mamá fue parte de las personas que crearon la Fundación Nacional Protectora de Animales (Funapa). “A ella le iban a tirar los perros y los gatos y siempre les daba su protección, nunca dejó de hacerlo, y murió siempre sirviendo a los animales”, dijo Garay.
Relató que el miércoles su mamá iba a enterrar a una perrita a un solar que tienen en la aldea San José del Boquerón, en el que tenía el cementerio para darle sepultura a las mascotas.
La perrita que iba a enterrar doña Reina tenía como nombre Sisi, de una edad de 17 años.
Para saber
Familiares de doña Reina Burgos informaron que su hijo Víctor Figueroa, quien resultó herido en el accidente, se encuentra fuera de peligro y estable.
La protectora de animales luchó por salvarle la vida a Sisi, a la que llevó de emergencia a una veterinaria en su intento de salvarla, pero fue imposible porque cuando llegó a donde los veterinarios ya había muerto.
Garay explicó que su mamá no es que iba a botar los perros y gatos en una bolsa, sino que “nosotros los preparamos envolviéndolos en una manta, le ponemos su peluche favorito, su plato de comida y en una cajita los llevamos a enterrar”.
“Mí mamá siempre les decía a los animales: ‘no van a morir solos, sino que van a morir con amor’”, expresó el joven Carlos Garay. Dijo que después de lo sucedido, él fue a enterrar a la perrita Sisi.
El joven indicó que en su labor de protección les han dado el apoyo fundaciones como Funapa, Amor y Abrigo, Mascotas en Adopción y otras fundaciones.
Garay relató que su hermano Víctor Figueroa, que se transportaba en la motocicleta con su mamá, le dijo que ellos iban bien por su carril y que el conductor de la rastra, que venía en el sentido contrario, rebasó, y fue cuando los embistió y su mamá murió de inmediato.
El conductor de la rastra fue puesto a la orden de la Fiscalía.
