21/06/2025
01:53 AM

Familia se salva de morir soterrada

Ocho miembros de una familia se salvaron de morir soterrados la madrugada de ayer en el barrio Guadalupe cuando el artesón de la vetusta casa en que vivían se cayó.

Ocho miembros de una familia se salvaron de morir soterrados la madrugada de ayer en el barrio Guadalupe cuando el artesón de la vetusta casa en que vivían se cayó.

El percance sucedió a las 5.30 am en un inmueble situado atrás de la Policía Metropolitana en el sector capitalino.

El barbero Carlos Alberto Lozano Martínez, su compañera de hogar, Miriam García y seis miembros más de su familia, entre ellos, un niño de 9 años dormían tranquilos, pero de repente un estruendo interrumpió su sueño.

El techo de teja del inmueble con paredes de adobe quedó en el interior de la sala convertido en escombros y por fortuna no alcanzó las habitaciones en donde dormían los residentes, quienes quedaron atrapados.

El rescate

Un equipo de rescate del Cuerpo de Bomberos se desplazó a la zona del desastre tras recibir el llamado de auxilio de parte de unos vecinos y de inmediato procedió a evacuar los damnificados de la vivienda sin que se reportaran daños humanos que lamentar.

Los enseres personales y domésticos, así como el taller de peluquería que funcionaba en la casa sufrieron severos daños.

Los bomberos y los evacuados sacaron los empolvados muebles del promontorio de tejas, tierra y madera podrida.

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Los bomberos ayudaron a sacar las pertenencias.

Hasta ayer no se había logrado establecer la cuantía de las pérdidas.

Milagro de Dios

Doña Miriam García no se cansaba de dar gracias a Dios por la protección que les brindó al momento del derrumbe ya que únicamente la parte de los dormitorios no fue soterrada.

“Dios lo hace todo, si cae en el cuarto nos mata”, expresó García, mientras observaba la destruida casa que habitó por más de 15 años.

Aseguró que estaban conscientes del peligro que corrían a raíz del mal estado del inmueble, pero por necesidad les obligaba a permanecer allí, porque no tenían otro lugar en donde vivir.

“Cada vez que llovía nos poníamos a rezar, porque todo el techo estaba podrido”, prosiguió.

El señor Lozano Martínez manifestó con tristeza que no se iba de la vivienda por no perder la clientela de su barbería, ya que “con ese trabajito sostenía a mi familia”.

Daño

Las pérdidas materiales que ocasionó el derribamiento del artesón de la vivienda en el barrio Guadalupe aún no se cuantifican.