Protegió envíos armados de cientos de kilogramos de cocaína por el territorio hondureño y a cambio recibió millonarios sobornos de poderosos capos de la droga, según la Fiscalía de Nueva York.
Este fue el papel que jugó el ahora exoficial de policía Mauricio Hernández Pineda en una conspiración de tráfico de drogas que operó entre 2007 y 2018 que incluye al exdiputado Juan Antonio Hernández, el expresidente Juan Orlando Hernández y hasta el mismo Joaquín “Chapo” Guzmán, de acuerdo a documentos federales.
En febrero de 2020, el expolicía se entregó voluntariamente a la justicia de Estados Unidos para responder a la acusación. Él viajó a Guatemala y en un aeropuerto de esa nación procedió a entregarse a los agentes de la DEA.
Indagaciones
Por cada cargamento de droga que protegía, Hernández Pineda recibía un pago de 200,000 dólares en efectivo (al menos cinco millones de lempiras al cambio actual del dólar), según certifican documentos oficiales de la Fiscalía de Nueva York.
“Recibió lucrativos sobornos de sus coconspiradores de hasta $200,000 por cada cargamento de droga que protegía”, señala el documento de la Fiscalía.Pero no se quedaba con todo el dinero, sino que los repartía con otros funcionarios policiales para que las actividades de narcotráfico no fueran impedidas.
4 de septiembre de 2019. La justicia de Estados Unidos acusó a Hernández Pineda de conspirar para importar cocaína a EUA y delitos relacionados con armas que involucran el uso y posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos. El caso está asignado al juez Kevin Castel, quien condenó a cadena perpetua a Juan Antonio Hernández.
Los documentos federales señalan que, entre otros, Tony Hernández y Alexander Ardón, exalcalde de El Paraíso, y el cartel de los Valle desembolsaban fajos de dólares por cada cargamento.
El acusado además reclutó a oficiales de la Policía para proteger los envíos de cocaína hasta la frontera con Guatemala, y en varias oportunidades escoltó personalmente los cargamentos, de entre mil y 1,500 kilogramos de cocaína, cuyo destino final fue Estados Unidos.
El día antes de cada envío, el exagente policial verificaba qué oficiales estaban estacionados en cada punto de control para asegurarse de que la caravana pudiera pasar sin inspección.
“El acusado vestido con su uniforme de la Policía Nacional sería el primero en llegar a los puestos de control, aseguraría el paso de la droga y el pago a los oficiales que se encontraban en los puestos de control”, indica la acusación.
Fracasaron las negociaciones entre el imputado y la Fiscalía de EUA, que se extendieron durante más de un año.
Hernández Pineda no solo recibía sobornos por proteger los cargamentos de los narcotraficantes sino por brindar información relevante sobre el curso de investigaciones a lo interno de la Policía. Los documentos señalan que el exagente cobraba $50,000 a los capos de la droga por la información.
“El acusado era un contacto crítico de las fuerzas del orden público para que Tony Hernández y otros conspiradores accedieran a información policial y de radares”, indica la investigación de la Fiscalía de Estados Unidos.
En septiembre de 2023, Hernández Pineda enfrentará un juicio en Nueva York tras declarar fracasadas la negociaciones con la Fiscalía y declararse no culpable de tráfico de drogas.