El traslado de un grupo de reclusos denominados “torones” de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, provocó una balacera y una lluvia de piedras entre internos y agentes del orden, lo cual dejó 10 heridos.
Un total de 22 presos, entre coordinadores y subcoordinadores de módulos, fueron sacados del principal centro penitenciario y trasladados bajo estrictas medidas de seguridad a un batallón de las Fuerzas Armadas que ha sido habilitado para albergar privados de libertad, según confirmó una fuente del Instituto Nacional Penitenciario (INP).
Escuadrones de la Policía Militar, del Comando Cobras, Tigres y de otras unidades de Fusina ingresaron al reclusorio alrededor de las 4:00 am y fueron recibidos en forma violenta por los presos.
En la refriega se reportaron nueve reclusos heridos, uno de ellos con un balazo en la pierna, mientras que un oficial del Ejército recibió una pedrada en la cabeza.
Se confirmó que seis de los reclusos heridos fueron trasladados al Hospital Escuela.
El motín
Equipados con escudos antimotines, armas de reglamento y garrotes, los uniformados ingresaron a la Penitenciaría Nacional con la misión de colaborar con las autoridades para sacar a reos de alta peligrosidad que tenían bajo su control todos los módulos de la prisión.
Como si estuviesen ya preparados, los reclusos de cuatro de los módulos protagonizaron un motín, atacaron a los agentes del orden con piedras y hasta con armas de fuego.
La reacción violenta de los internos obligó a los uniformados a hacer uso de sus armas y repeler el ataque que duró varios minutos sin que, afortunadamente, se registraran víctimas mortales.
Ayer por la tarde se confirmó el traslado de los 22 reos hacia las instalaciones del Primer Batallón de Infantería, con lo cual la autoridad recuperó el control de la cárcel, según informó una fuente del INP.
