El brutal castigo de un hombre en perjuicio de su pequeño hijo de siete años le costó la prisión tras la captura ejecutada por la Policía.
Por haberse comido un alimento, que según Leonor Soto, el progenitor del menor, no debió comerse, le introdujo la mano a las llamas del fogón. El descabellado suceso tuvo lugar en una comunidad de la Montaña de la Flor, en el municipio de Orica. La información obtenida por la Dirección Policial de Investigaciones señala que el 19 de diciembre del año anterior recibieron una denuncia de que un niño de siete años fue ingresado en un centro hospitalario de la capital con quemaduras de tercer grado en el brazo derecho.
Debido a lo anterior, un equipo de agentes se trasladó hasta dicho centro médico para indagar sobre lo sucedido, pero no se logró determinar cómo había ocurrido el incidente porque la madre del menor se mantenía hermética.
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Los detectives se trasladaron al lugar de los hechos y lograron determinar que había sido el padre quien provocó los severos daños al niño.
A consecuencia de que el menor no fue tratado a tiempo se le desarrolló una infección que para poder contrarrestarla, los doctores tuvieron que amputarle el brazo.
