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Solo nueve cámaras están funcionando

  • 10 junio 2013 /

Los empresarios sampedranos lamentan
que se desaproveche la millonaria inversión.

Mientras grupos criminales como los mareros se protegen con tecnología moderna, en San Pedro Sula las cámaras de seguridad del Centro de Digitalización de Observación Policial se encuentran en mal estado.

Estas herramientas de seguridad que fueron donadas por la empresa privada están siendo desaprovechadas. Nadie se ha ocupado en darles mantenimiento.

“Se arruinan con frecuencia y no les dan importancia. No hay mantenimiento porque la empresa encargada no recibe pago”, confirmó un agente policial.

Para los empresarios de la zona norte es indignante que se desvalorice esta millonaria inversión. Casi el 80% del equipo está en mal estado.

Para Luis Larach, vicepresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), la vigilancia electrónica es esencial para disuadir al delincuente, que es lo que hacen en las empresas. “Lo que queremos es prevenir el delito y cuando se instala ese es el propósito. Que sepan que si cometen un delito van a ser debidamente identificados y procesados”, expresó.

A su criterio, la vigilancia electrónica es la más efectiva y económica.

Equipo costoso

Óscar Galeano, expresidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, (CCIC), lamentó que no se le está dando el uso adecuado a este valioso equipo.

“Se debe proceder inmediatamente a buscar una partida para recuperarlas porque el propósito era apoyar la labor de la Policía. Vale la pena iniciar una campaña que permita que las autoridades responsables puedan poner atención y repararlas lo más pronto posible”, indicó el empresario.

Galeano lamentó que la empresa privada haga el esfuerzo por dotar a la ciudad de tecnología y que no se pueda ni dar el mantenimiento.

“Es lamentable que equipo costoso, sofisticado y de tanta utilidad esté prácticamente inservible”.

El sistema de cámaras fue inaugurado el 19 de octubre de 2010 por las autoridades municipales. El dispositivo empezó con la instalación de 40 cámaras. El costo fue de dos millones de lempiras, aportados por varias empresas.
La meta era colocar 800 cámaras en toda la ciudad, pero no se logró llegar ni a 100 y apenas hay nueve cámaras funcionando.