Los vecinos de la segunda etapa de la colonia Jardines del Valle se enfrentaron ayer a las autoridades municipales que llegaron a ejecutar una orden para demoler una caseta de seguridad, desde donde controlan el ingreso de particulares.
El incidente ocurrió ayer por la mañana tras la denuncia de un residente propietario de un negocio de la entrada a esa zona, ya que la construcción de concreto está sobre la acera.
Personal de Urbanismo de la Alcaldía y elementos de la Policía Municipal llegaron temprano a cumplir la orden y los habitantes salieron a oponerse. Al principio, los vecinos temían también que les desbarataran las trancas que bloquean el paso.
Diego Peña, del área de Permisos de Construcción de la Municipalidad, informó que llegaron a demoler la caseta porque la edificaron sobre la vía pública.
“No se quitarán las trancas, aunque también es prohibido, pero por la seguridad de los vecinos se está permitiendo”, dijo Peña.
Walter Brizuela, inspector de la Policía Municipal, aseguró que los vecinos no siguieron el procedimiento legal al construir la caseta que está pegada al muro del vecino denunciante. “Las trancas se están permitiendo siempre que no obstruyan el paso por la vía pública. Solo deben dejar las trancas o una caseta móvil”, dijo Brizuela.
Señaló que ya se había parado la construcción, pero continuó. Agregó que se les avisó que la iban a demoler para que lo hicieran por sus medios. Al final de la discusión, las autoridades municipales les dieron espacio a los residentes para que lleguen a un acuerdo con el denunciante a fin de no demoler la caseta.
Molestos por bullicio
Residentes de esta misma colonia denunciaron también que no pueden dormir por el crecimiento de negocios nocturnos en la zona, que han interrumpido la tranquilidad.
“Hay música en vivo todas las noches y a alto volumen. Hay grandes escándalos prácticamente toda la semana, pero es peor de jueves a domingo”, se quejó Marina Alcázar, residente afectada.
Además denunciaron que los conductores dejan estacionados sus vehículos en las medianas del bulevar que ya ni siquiera tienen grama.
“Nos están dañando el medio ambiente. A veces hasta cierran el paso por el bulevar”, agregó Alcázar.
Margaret España, otra residente afectada, cuestionó a la Municipalidad por estar autorizando permisos para negocios de ese tipo, aunque es prohibido porque esa zona es residencial. “No entendemos por qué autorizan. Las paredes de mi casa hasta tiemblan ante el alto volumen de la música”.
Peña les recomendó a los vecinos que interpongan las denuncias formales. “Muchas veces, los permisos se otorgan porque llega la documentación con otro tipo de especificaciones y cuando ya operan se degeneran”, dijo Peña.