03/12/2024
08:20 AM

Misión Rescate, una luz en el camino de niños caídos en drogas

El centro ubicado en Barandillas ha restaurado la vida de 45 niños que estuvieron en calle. Ahora tiene una docena de menores que reciben techo y reintegración educativa.

San Pedro Sula

Oriley Gaven Pouchie Fissher (21) huyó de su casa cuando era menor de 14 años por diversos problemas familiares, las calles de la Capital Industrial y las drogas pronto lo llevaron a la época más oscura de su vida.

En su etapa bajo los puentes y aceras consumió todo tipo de drogas que llegaban a sus manos, pero más marihuana y resistol, porque eran los más baratos. “Había días en que me sucedían cosas malas, pero no podía hacer nada”, recuerda.

Los niños aprenden computación al interior, pero también talleres externos en varios oficios.

El joven tuvo interacción en un centro del Gobierno, pero se escapó porque no sentía gustarle, sin embargo, pronto interactuó en las calles con los predicadores y servidores de Misión Rescate, ministerio de la Primera Iglesia Evangélica y Reformada (Pier).

Luego de varias visitas de estos misioneros, el joven se animó a ir al centro refugio de reintegración social de Misión Rescate y, aunque al principio la ansiedad lo atacaba y pensaba correr de nuevo a las calles, pudo gradualmente superar la adicción a las drogas y en la actualidad su organismo está libre de estupefacientes.

Han pasado seis años desde que llegó al proyecto, en donde recibe un techo, formación cristiana y apoyo para su reintegración a centros educativos y formativos y es una persona muy distinta.

Director Misión Rescate

Selvin Suazo:

“Sé que mi vida es útil al ver a niños que dormían en cartones y ahora tienen un techo”.

Misión Rescate, una luz en el camino de niños caídos en drogas

El joven ahora es un líder que cuida de los pequeños que llegan al centro y piensa convertirse en un psicólogo para seguir trabajando. Juan Carlos (12), originario de San Rafael, Lempira, huyó de su casa por la constante violencia psicológica y física que ejercía su padre alcohólico sobre su familia.

El niño tomó un bus y llegó a San Pedro Sula, donde vivió en las aceras del parque y bajo los puentes y comenzaba a tener interacción con las drogas.

Sin embargo, los hermanos de Misión Rescate interactuaron con él y hace dos meses decidió vivir, sanar y aprender en el refugio donde convive con otra decena de niños.

Voluntarios

El ministerio se sostiene por la solidaridad de sampedranos. Se necesitan profesionales voluntarios para tutorías y gestionar nuevos donantes, interesados en apoyar pueden escribir al 3391-8515.

“Mi papá le ponía el machete a mi mamá y mi hermana en la nuca y nosotros solo llorábamos”, dijo.La misión de este niño es aprender a escribir y leer, pues desea superarse y sabe que la educación es su llave.

Selvin Francisco Suazo (37), director de este ministerio, recordó que esta iniciativa comenzó en 2008 como un grupo ministerial de prédica en las calles, pero sintieron que hacía falta algo para poner esa palabra en acción.

“Cómo predicar un Dios que es amor a niños que sufren en la calle y comen de la basura.Había que hacer algo más y así se estableció este refugio, en donde mostramos que Dios está interesado en ellos”, comentó. Hasta la fecha, 45 jóvenes de las calles se reformaron en el centro y ahora tienen una vida normal gracias al amor de Dios.

Llevan su vida con normalidad, como todos los niños con espacio de recreación y educación.

Proceso

Primero se les predica a los niños con varias visitas en la calle. Luego se integran al centro escucha con visitas al hogar, en donde reciben atenciones de limpieza, alimentos, recreación y devocional cristiano, y luego retornan a las calles.

Esto fomenta el amor propio y, cuando están listos, voluntariamente deciden salir de las calles para vivir en el centro y restaurarse.El 90% de los niños que han llegado al centro son de áreas rurales.

Esta metodología, las bases del ministerio, fueron creadas por la psicóloga cristiana Vera Godoy.