En estado de vulnerabilidad seguirá el valle de Sula, porque no hay esperanzas de tener a corto ni a mediano plazo las represas que lo protejan de inundaciones.
Los proyectos El Tablón, Los Llanitos y Jicatuyo son un sueño que está lejos de hacerse realidad.
Después de las cuantiosas pérdidas humanas y económicas causadas por las tormentas Eta y Iota en 2020, una copiosa lluvia pone a temblar a los pobladores de las zonas bajas, que reclaman a diario la reparación de bordos, obras de protección pero sobre todo la construcción de las represas.
La represa más próxima a construirse es El Tablón, porque cuenta, desde hace muchos años, con diseños finalizados, que deben actualizarse. Se construiría en Naco, Santa Bárbara, sobre el río Chamelecón y además de evitar inundaciones en la parte baja del valle de Sula contribuiría a la generación eléctrica.
En una reunión con sindicatos en San Pedro Sula, Erick Tejada, ministro de Energía y gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee), recordó que se hizo una alianza con el Banco Interamericano de Integración Económica (BCIE), que financiará los estudios de factibilidad de las represas, para luego construir.
Datos
- 212.5 Millones de dólares. Iba a costar la represa El Tablón, de acuerdo con estudios. Se preveía que su construcción comenzaría en 2015 y concluida en 2022.
- 52,099 Millones de lempiras. Es el costo total de los daños causados por Eta y Iota, de acuerdo con un informe del Cepal. Las pérdidas representan el 52%.
“Se tienen estudios de El Tablón desde 2009, se hicieron otros en 2015, un análisis que hizo Lombardi en 2017, pero esos estudios están desactualizados, además, faltan estudios claves como los aportes hidrológicos y la geología”, justificó Tejada.
Los nuevos estudios que incluirían las represas de Llanitos y Jicatuyo costarían entre 100 a 150 millones de lempiras.
Tejada indicó que esperan que en mayo de 2024 ya “se tenga suficiente información y el esquema de financiamiento trazado para poder licitar la construcción”. Aseguró que la construcción de una represa tarda de cinco a siete años.
Al consultarle si en los próximos dos años no habrá represas, el ministro fue contundente en su respuesta. “No, la represa va a comenzar a construirse el próximo año, pero evidentemente tarda su tiempo”.
Aunque de acuerdo con lo expresado por el mismo Tejada, actualizar los estudios tardaría al menos un año y posteriormente habría que buscar el financiamiento para licitar, algo que lleva tiempo, además para construir, de acuerdo con expertos, primero deben reubicar las familias asentadas en esa zona.
Transición y proyectos
En cuanto a la transición, por la finalización del contrato de la Empresa Energía Honduras (EEH), el ministro de Energía comentó que se ha logrado superar la primera etapa, que es la toma de control. “Se sigue haciendo la lectura, la facturación, el primer problema que hubo es que la EEH nos dejó los inventarios vacíos, entonces se ha actuado de forma rápida, para tener inventarios y mejorar las respuestas”. En cuanto al call center que atiende la línea de emergencias 118, manejada por personal en Colombia, aseguró que en unos dos meses ese servicio funcionará en Honduras.
En el tema de los nuevos proyectos, Tejada detalló que además de los dos transformadores que llegaron a San Pedro Sula, se está haciendo la licitación de 21 transformadores más, unos seis serían para la zona norte, que tardarían unos 15 meses y cuya inversión son de L912 millones.
Reacciones
Salomón Ordóñez, asesor en materia energética del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), manifestó que en dos años no estará terminada la represa El Tablón, lo que se espera es que este Gobierno deje al menos comenzada la obra.
“Por experiencia, la construcción de una represa no tarda menos de dos años, los estudios deberían estar terminados este año. Lo más inmediato y lo más urgente es El Tablón, porque el río Chamelecón hace más daño a Choloma, La Lima y San Pedro Sula que el mismo río Ulúa”, aseveró.
Eduardo Facussé, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), opinó que las represas deben ser licitadas y que cada licitante haga los diseños y asuma los riesgos, con una garantía y no atrasar más el proceso. “Creemos que es un error que el Gobierno asuma los costos del diseño, cuando estos deben ser erogados por los contratistas que quieran licitar la obra”, apuntó.
Facussé señaló que aunque el año pasado se prometió comenzar con el proceso no “vemos que estén avanzando”.
