La Semana Santa inicia el 14 de abril con el Domingo de Ramos y termina el 2 de abril con el Domingo de Pascua. La Semana Mayor es un tiempo para reflexionar sobre la pasión y muerte de Jesús.
En estos días la iglesia católica realiza una serie de actividades rememorando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, su pasión, muerte y resurrección.
También llama a la feligresía a renovar la fe y a la clase gobernante a ser justa.
En San Pedro Sula es una tradición el mensaje de Cuaresma que el arzobispo manda a los fieles. Ayer, monseñor Miguel Lenihan recordó que “la semana más grande del año es un tiempo en el que los cristianos conmemoramos y revivimos los misterios centrales de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, que constituyen el misterio pascual”.
Poner el poder al servicio del pueblo
Sin olvidar la realidad del país, el obispo pidió por los que ejercen el poder en Honduras para que lo pongan al servicio de la paz, de la concordia, del bien de las personas y de la convivencia pacífica.
“A ser signos vivos de su amor y servicio a los hermanos y evitar toda división y confrontación en nuestras familias y nación”, exhortó el prelado.
En el mensaje cuaresmal el arzobispo dijo que en el Viernes Santo hay que mirar la cruz del Señor de donde brota la paz con Dios y entre nosotros.
“Dios, que es amor, nos creó por amor y para vivir en armoniosa comunión con Él y con los demás, pero el egoísmo, el odio y la injusticia rompen la comunión, levantan barreras de división, producen enemistades irreconciliables, generan violencia y muerte. Con la cruz, pedimos al Señor que cesen las injusticias y se abran caminos de oportunidades para todos.
Que se rompan todas las cadenas de corrupción, de pobreza y de falta de oportunidades de desarrollo para todos”.
El obispo franciscano invitó a vivir este tiempo de gracia y de descanso en familia y a participar de todos los actos litúrgicos que tienen preparadas las diferentes parroquias de la Arquidiócesis de San Pedro Sula.
“Recuerden andar con toda precaución para evitar males a sus seres queridos. No hagamos de este tiempo Santo, un tiempo de libertinajes y de desórdenes que vayan a provocar daño a los demás”, dijo.
El obispo aprovechó para enviar un mensaje a los gobernantes, diputados, Fuerzas Armadas y al pueblo en general para que garanticen un proceso electoral limpio en noviembre. “La voluntad del pueblo debe respetarse, las personas deben tener atención en los hospitales y debemos tener paz”, dijo el obispo.