La crisis generada en la Central de Abastos de Sula tiene su origen en la contratación de empresas privadas de recolección de basura, lo que disparó los costos operativos.
La central de abastos está ubicada en la 27 calle, frente a la colonia Luisiana. Fue inaugurada el 22 de abril de 2010 para mayoristas de agro-negocios y ofrece altos estándares de higiene, seguridad y comodidad. Cuenta con un área de 260,000 metros cuadrados donde se han construido tres galpones, tres muelles y cuatro módulos. Son 556 locales arrendados a mayoristas y, a diario, ingresan unos cuatro mil vehículos entre camiones cargados de productos y compradores, con un movimiento estimado de cinco mil toneladas de alimentos.
Hace tres días, la Asomermay, asociación que agrupa a los mayoristas, se tomó las instalaciones de la central y continúa con acciones de protesta. Alegan que les anunciaron un aumento del 28 % en el arrendamiento de los locales.
Dejan fuera a Sulambiente
En San Pedro Sula, la recolección y el manejo de la basura están a cargo de la empresa Sulambiente, según el contrato de concesión que finaliza en 2030. Sin embargo, en los últimos meses varias empresas —no solo la central de abastos— se han visto obligadas a contratar servicios privados por decisiones municipales.
La central de abastos sigue pagando el servicio a la municipalidad como lo establece el Plan de Arbitrios, pese a que esta ordenó a la compañía recolectora que dejara de recoger los desechos en el predio. Incluso, Henry Rolando Anariva, director general de la Dirección Supervisora de Servicios Especializados (Dirsse), notificó por oficio la suspensión del servicio de Sulambiente, pese a la existencia de un contrato.
Surgen nuevas empresas de recolección
Ante esta situación, la administración de la central contrató a una de las más de 20 empresas con licencia ambiental otorgada por la Gerencia de Ambiente para recolectar la basura. La compañía encargada de trasladar los desechos al crematorio municipal es Transporte López Regalado, junto con otra que se encarga de la recolección interna. El costo mensual asciende a 2,720,000 lempiras, lo que representa 24 millones de lempiras al año, según los administradores.
En un comunicado dirigido a los locatarios, la administración explicó que se intentó dialogar con Dirsse, pero no hubo respuesta. “Nos hemos visto en la obligación de contratar un servicio privado y, como consecuencia de esa contratación y con el fin de cubrir los costos operativos que anteriormente eran asumidos por la municipalidad, a partir del 15 de septiembre se establecerá una cuota de mantenimiento mensual de L3,500 destinada a sufragar estos servicios esenciales”, se lee en la nota.
La concesión de la recolección de basura está próxima a finalizar, y LA PRENSA conoció que en los últimos meses se han autorizado varias empresas para prestar este servicio en la ciudad, especialmente en lugares como la central, donde la generación de desechos es significativa. Además, varias compañías han recibido notificaciones sobre la suspensión de Sulambiente. Actualmente existe una investigación, ya que numerosas empresas denuncian que pagan a la municipalidad y, aun así, son obligadas a contratar servicios privados. LA PRENSA buscó una entrevista con el titular de Dirsse, pero no fue posible.
Los encargados de la central recalcaron que el predio es propiedad privada y que las demandas planteadas corresponden a servicios públicos fuera de su competencia.
Los vendedores aseguran que, con la toma, se pierden más de 50 millones de lempiras diarios y esperan una pronta solución. Ayer un grupo de ellos buscaba otro predio en las cercanías para instalarse, pero todos resultaron ser privados. En conclusión, la última palabra para resolver el conflicto la tiene la municipalidad, y ya existe preocupación en otros mercados privados por esta situación.