“Me consagro para servir a Dios y a los más pobres”, dijo el nuevo padre Edgardo Guzmán, de la orden Misioneros Claretianos de la Iglesia Católica, ordenado ayer en medio de la concurrida misa en la parroquia Guadalupe.
Monseñor Ángel Garachana, obispo de la Diócesis de San Pedro Sula, fue quien presidió la eucaristía, adonde hizo un llamado a todos los cristianos sobre la importancia del servicio.
“Jesucristo dio el ejemplo y ahora nos envía a servir y ayudar a los demás como él lo hizo. Es una lección que todos debemos poner en práctica. Edgardo ha decidido seguir este camino y ser un misionero del Señor”, dijo el prelado.
En los ojos de los padres y las hermanas del nuevo clérigo se observaron lágrimas, ya que
han sido parte fundamental de la vida religiosa que decidió elegir.
“Es muy difícil porque estamos conscientes que lo veremos poco, además es el único varón que tengo, pero me hace feliz que él esté en las manos de Dios y que su corazón le anime a ver por los demás”, dijo Victoria Guzmán, madre del sacerdote. Victoria Liliana Guzmán, hermana del clérigo, contó que él, desde niño, jugaba a ser padre. “Él siempre tuvo esa vocación y hoy está cumpliendo ese llamado que Dios le ha hecho”.
Rodolfo Morales, superior de la provincial de los Misioneros
Claretianos de Centroamérica,
dijo que en los últimos cuatro
años se ha incrementado en 50% la cantidad de jóvenes que se están formando para el sacerdocio.
Los países adonde más se ordenan son Honduras, Panamá, Nicaragua. “Estamos muy contentos de ver que se van sumando fuerzas a nuestra orden que tienen como fin ayudar a los más desvalidos”, declaró.