Gloria Estela Núñez es una docente jubilada de 70 años que ha demostrado que “la edad es solo un número” y que “nunca es demasiado tarde para seguir nuestros sueños”.
Con la actitud positiva y el espíritu alegre que la caracterizan, Núñez relató a LA PRENSA que su interés por el dibujo y la pintura surgió en sus años de niñez, mismos que recuerda como “los más bonitos” de su vida.
La profesional, que trabajó por más de 40 años en el sistema de educación pública, contó que esa pasión por el arte se afianzó en la adolescencia; pero debido a que su familia era de escasos recursos tuvo que posponer su sueño para trabajar y pagar sus estudios.
“Siempre decía que más adelante, cuando tuviera dinero, me dedicaría a estudiar pintura, pero nunca pensé que cumplir mi sueño me llevaría tanto tiempo”, manifestó entre sonrisas.Tras finalizar sus estudios de secundaria, Estela, como la llaman sus amigos, se mudó a San Pedro Sula en busca de mejores oportunidades.
Camino
Al llegar a la Capital Industrial fue empleada por una empresa que comercializaba vehículos, pero debido a recortes de personal se quedó sin empleo al poco tiempo.
Fue entonces que se atrevió a probar suerte en una “boutique” que estaba buscando modistas, lugar donde logró perfeccionar las técnicas de costura que había aprendido en su pueblo.
A los 23 años, Núñez conoció al que ahora es su esposo y con quien procreó cuatro hijos; sin embargo, la familia no fue un impedimento para continuar preparándose.
Mientras estudiaba en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, comenzó a laborar como docente de Sociales en el instituto Modesto Rodas Alvarado de Chamelecón.
Luego trabajó por 10 años como consejera en el instituto José Trinidad Reyes, hasta que en 2012 decidió jubilarse.
Estela indicó que en 2018, mientras navegaba en Facebook encontró un anuncio de un estudio donde impartían clases de pintura, como una señal de que era hora de retomar su sueño.
Contó que entre lienzos y pinceles ha encontrado felicidad, sus técnicas favoritas son el óleo, pastel seco, lápices de colores y grafito.
En las clases, muchas veces comparte con niños desde los cuatro años de edad, quienes siempre se sorprenden al ver a una persona mayor aprendiendo junto a ellos.
“Los niños me ven asombrados porque dicen que estoy grande, pero yo solo sonrío y les digo que nunca es tarde para aprender”, dijo mientras daba retoques a una de sus últimas obras.
Gloria Estela Núñez:
“La edad es solo un número, nunca es demasiado tarde para poder seguir nuestros sueños”.
La pintura también le ha permitido a esta maestra jubilada compartir tiempo de calidad con su nieto de nueve años, pues al igual que ella es un apasionado por la pintura y asisten a clases juntos.
Recientemente, Estela participó en una exposición de pintura y narró entre sonrisas que las personas que veían su obra se sorprendían al darse cuenta de que la artista que la pintó tenía 70 años.
“Me hace feliz saber que aún siendo mayor pude lograr lo que siempre quise. Motivo a las personas a que si tienen un sueño que no pudieron cumplir de niños, al igual que yo, se arriesguen. Con disciplina, trabajo y mucho amor es posible alcanzar lo que nos propongamos”, aconsejó Estela Núñez.
