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Joven cambió los números por el arte corporal

  • 24 abril 2016 /

San Pedro Sula, Honduras.

Mario Castro, un simpático joven de 28 años, no dudó ni un momento en seguir la pasión que desde pequeño siempre tuvo. Bastó una llamada de su hermano mayor para que regresara a Honduras, luego de terminar sus estudios en el exterior, a fin de emprender juntos la aventura de instalar un negocio de tatuajes en San Pedro Sula.

Este artista de la tinta y las agujas, que se ha hecho popular especialmente entre los sampedranos, comenta con una sonrisa sus inicios en el mundo del arte corporal. “Toda mi carrera la saqué a puro tatuaje, y no eran tatuajes permanentes, sino temporales. Comencé tatuando a mis amigos de universidad en El Salvador, y de ahí todo fue tan espontáneo”, recordó.

Desde hace tres años, él y su hermano atienden con entusiasmo y dedicación a personas de todas las edades que llegan a su negocio buscando inmortalizar algún recuerdo, plasmar un sentimiento o simplemente hacerse un tatuaje de tipo cosmético, y afirma que para ellos más que un negocio es un pasatiempo y también su pasión.

Lo mejor de mi trabajo es dejarle a la gente algo que llevarán toda su vida

Mario Castro, contador público y tatuador
A pesar de ser graduado de Contaduría Pública con una especialidad en Auditoría, Mario Castro comenta que prefiere este trabajo y entre risas expresa: “La verdad no me gusta la ropa formal, me gusta ser mi propio jefe y manejar mi tiempo”. Agrega que la mayor satisfacción es ver felices a sus clientes con cada arte terminado, ya que es una marca para toda la vida.

En lo personal, confiesa que su primer tatuaje se lo hizo a los 18 años y hasta hoy tiene un total de diez, algunos inspirados en algo personal y otros solo decorativos.

Tinta e historias

El local donde operan es fiel testigo de tantas historias contadas por sus clientes: unas divertidas, algunas difíciles de creer y otras realmente conmovedoras. Al consultarle sobre una anécdota que lo haya marcado profundamente, contó que hace unos días un cliente entró y se miraba destruido, mal; confiesa que sintió algo de temor. “Cuando lo atendí me contó que hacía poco había perdido a sus padres, esposa e hijos en un accidente vehicular y llegó aquí para grabar sus recuerdos.

Saber que lo que hacemos en Tabú es algo que las personas llevarán hasta el último día de su vida es lo más gratificante”, expresó.

Foto: La Prensa

Cada uno de sus trabajos es una inspiración.
Controversia

Los tatuajes han ido ganando terreno en Honduras en los últimos años, volviéndose más populares desde 2005 hasta hoy. Aunque los tatuajes son vistos por una gran parte de la sociedad como una manifestación artística, para otros siguen siendo un tabú, por lo que es un tema controversial.

En agosto de 2015, Karlo Villatoro, diputado por Francisco Morazán, presentó al Congreso un proyecto de ley para sancionar a empresas que no contraten a personas con tatuajes, lo que se considera un acto discriminatorio.

Para Castro, los tatuajes no están ligados al conocimiento y capacidades de las personas en el ámbito profesional. “Los tatuajes en realidad no miden la capacidad profesional que tiene cada persona; de hecho, es mi lema: ‘Mis capacidades no son tatuadas, sino que demostradas’, por eso todos los días en mi trabajo saco lo bueno”, puntualizó.