Santa Bárbara, Honduras.
Va por las calles de Santa Bárbara con un legajo bajo el brazo, guiando sus pasos con un bastón.
Muchos que lo ven no se imaginan que Reynaldo Muñoz es ciego, mucho menos que es abogado. Este hombre de 51 años de edad perdió por completo la visión hace 17 años.
Una rara enfermedad le atacó ambos ojos, pero no logró minar su espíritu ni sus ansias de superación. “Me propuse seguir adelante porque quedé solo, ya tenía esposa y era padre de un niño, y sabía que no podía sentarme a lamentarme de mi situación”.
De las palabras pasó a la acción. “De pie ante los hombres, de rodillas solo ante Dios”, dijo y emprendió la lucha por la vida sin importarle las sombras que lo rodeaban.
“Me propuse levantar la cabeza y no dejarme vencer por nada en el mundo”, expresó. A sí comenzó a estudiar la carrera de Derecho en la UTH y fundó una ong que se llama A briendo P uertas para ayudar a las personas que sufren de cualquier tipo de discapacidad.
“Hace 10 años, nuestra organización camina de la mano del pueblo patepluma y de las personas que nos brindan su ayuda”, comentó mientras atendía a una pareja que le pidió que les hiciera l a escritura de una casa.
Se graduó de abogado en octubre de 2015. Ahora es padre de dos varones que estudian e ducación m edia en dos colegios distintos. Su oficina siempre permanece llena de personas que le plantean un caso o solicitan una ayuda de la organización Abriendo Puertas, que cuenta con unos 50 afiliados con distintas capacidades especiales. E n su bufete ubicado en pleno centro atiende al público en general, pero a las personas que tienen capacidades especiales, como él les llama, les hace sus trámites en forma gratuita.
Durante el poco tiempo que tiene de ejercer la abogacía ya ha presentado unos 20 casos en los juzgados, de los cuales todos los ha ganado, como demanda de alimentos, de paternidad o litigios por casos de tierras. A sus clientes les hace ver con anticipación que antes de hacers e cargo de un caso debe prevalecer la ética y la verdad, “si no es así no aceptamos nada”, asegura sentado detrás de su computadora especial que cuenta con el sistema de escritura para personas no videntes. Además de ser abog+ado y director de Abriendo Puertas, Reynaldo asiste a canales de televisión o eventos culturales donde lo invitan, ya que es un buen cantante y ejecutor de la guitarra.
Le gustan las canciones del recuerdo y las que hacen reír a su auditorio, como la Ballena y Paulito.
Va por las calles de Santa Bárbara con un legajo bajo el brazo, guiando sus pasos con un bastón.
Muchos que lo ven no se imaginan que Reynaldo Muñoz es ciego, mucho menos que es abogado. Este hombre de 51 años de edad perdió por completo la visión hace 17 años.
Una rara enfermedad le atacó ambos ojos, pero no logró minar su espíritu ni sus ansias de superación. “Me propuse seguir adelante porque quedé solo, ya tenía esposa y era padre de un niño, y sabía que no podía sentarme a lamentarme de mi situación”.
De las palabras pasó a la acción. “De pie ante los hombres, de rodillas solo ante Dios”, dijo y emprendió la lucha por la vida sin importarle las sombras que lo rodeaban.
“Me propuse levantar la cabeza y no dejarme vencer por nada en el mundo”, expresó. A sí comenzó a estudiar la carrera de Derecho en la UTH y fundó una ong que se llama A briendo P uertas para ayudar a las personas que sufren de cualquier tipo de discapacidad.
“Hace 10 años, nuestra organización camina de la mano del pueblo patepluma y de las personas que nos brindan su ayuda”, comentó mientras atendía a una pareja que le pidió que les hiciera l a escritura de una casa.
Se graduó de abogado en octubre de 2015. Ahora es padre de dos varones que estudian e ducación m edia en dos colegios distintos. Su oficina siempre permanece llena de personas que le plantean un caso o solicitan una ayuda de la organización Abriendo Puertas, que cuenta con unos 50 afiliados con distintas capacidades especiales. E n su bufete ubicado en pleno centro atiende al público en general, pero a las personas que tienen capacidades especiales, como él les llama, les hace sus trámites en forma gratuita.
Durante el poco tiempo que tiene de ejercer la abogacía ya ha presentado unos 20 casos en los juzgados, de los cuales todos los ha ganado, como demanda de alimentos, de paternidad o litigios por casos de tierras. A sus clientes les hace ver con anticipación que antes de hacers e cargo de un caso debe prevalecer la ética y la verdad, “si no es así no aceptamos nada”, asegura sentado detrás de su computadora especial que cuenta con el sistema de escritura para personas no videntes. Además de ser abog+ado y director de Abriendo Puertas, Reynaldo asiste a canales de televisión o eventos culturales donde lo invitan, ya que es un buen cantante y ejecutor de la guitarra.
Le gustan las canciones del recuerdo y las que hacen reír a su auditorio, como la Ballena y Paulito.
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