30% de quirófanos no funcionan mientras 13,000 hondureños esperan cirugía
De los 147 quirófanos distribuidos en los hospitales públicos, solo 106 estaban habilitados, según un análisis de LA PRENSA Premium. Mora quirúrgica ascendió al 48%
- 02 de noviembre de 2025 a las 21:00 /
Entre enero y agosto de 2025, el sistema de salud pública hondureño continuó operando bajo una fuerte presión. Mientras más de 13,000 personas esperaban una cirugía, 41 de los 147 quirófanos del país, casi el 30%, estaban fuera de servicio, según datos oficiales de la Secretaría de Salud.
De los 147 quirófanos distribuidos en los hospitales públicos, solo 106 estaban habilitados, el resto permanecía cerrado, según un análisis de LA PRENSA Premium con reportes contenidos en la solicitud de información SOL-SDS-5380-2025.
El Hospital Escuela, el centro de referencia más grande del país, tenía 11 salas inhabilitadas; el Hospital María de Especialidades Pediátricas, cinco; y el Leonardo Martínez Valenzuela, tres.
Otros hospitales regionales como el Juan Manuel Gálvez en Gracias, Lempira; o el Enrique Aguilar Cerrato en La Esperanza, funcionaban con la mitad de sus quirófanos cerrados, lo que redujo drásticamente la cantidad de cirugías diarias.
Mora quirúrgica
Hasta agosto pasado, 13,558 pacientes estaban en espera quirúrgica, según la solicitud de información SOL-SDS-5379-2025.
De ese total, 6,535 pacientes estaban en “mora quirúrgica”, es decir, su cita superaba los 90 días —tres meses—. En ese sentido, el porcentaje de mora nacional ascendió al 48%, un indicador que muestra el colapso parcial del sistema quirúrgico.
Según los reportes consultados por este medio, cada mes se programan en promedio entre 3,500 y 4,500 nuevas operaciones.
Los pacientes suelen recibir su cita de manera presencial, mientras que la comunicación posterior se realiza vía telefónica.
Según indagaciones de este medio a través de médicos de área, en el hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, siempre hay quirófanos inhabilitados, no funcionan al 100% y habitualmente es por falta de equipo y de personal médico.
La situación prolonga las esperas quirúrgicas, pacientes de ortopedia y neurocirugía permanecen ingresados durante meses a la espera de una operación, mientras que en el servicio de cirugía general, procedimientos electivos como vesículas o hernias pueden tardar hasta un año en realizarse.
Las estadísticas procesadas indican que los hospitales de especialidades han concentrado los mayores retrasos, tal es el caso del Hospital de Especialidades San Felipe, en Tegucigalpa, que encabezó la lista con 3,716 pacientes en espera; seguido por el Hospital Escuela, con 2,028; y el Mario Catarino Rivas, de San Pedro Sula, con 1,591.
En estos tres centros, la mora quirúrgica superó el 57%, alcanzando hasta un 72% en el Hospital Escuela. En contraste, hospitales básicos como el Gabriela Alvarado, en Danlí; o el San Lorenzo, en el sur, mantuvieron sus listas de espera más controladas, con porcentajes de mora menores al 5%.
En total, 29 hospitales públicos realizaron cirugías en el país, pero muchos lo hicieron bajo condiciones limitadas. El Hospital del Sur, en Choluteca, por ejemplo, tenía un 64% de mora quirúrgica; mientras que en San Isidro (Tocoa) la cifra llegó al 71%.
El doctor Carlos Umaña, expresidente de la Asociación de Médicos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (Ihss) y actual congresista, advirtió que la crisis hospitalaria que enfrenta el país no es fruto del azar, sino de una cadena de decisiones políticas y administrativas que dejaron sin recursos a los hospitales públicos, justo cuando más lo necesitaban.
En entrevista con este medio, Umaña fue contundente al mencionar que “nunca se dejó el presupuesto para reparar los quirófanos”. Según el médico, durante dos años consecutivos se propuso destinar 800 millones de lempiras para la reparación de toda la red hospitalaria, en especial, los quirófanos y las salas de recuperación anestésica, pero el presupuesto nunca se aprobó.
“Se peleó para que quedaran esos fondos, pero no se hizo, los hospitales siguen trabajando en condiciones deplorables”, lamentó el legislador.
El doctor Umaña recordó que existió una propuesta de préstamo con el Gobierno de Francia para la reparación integral de los quirófanos del Hospital Escuela, el principal centro de referencia del país, pero el Gobierno fue desautorizado para firmar dicho acuerdo, bajo el argumento de que la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos se encargaría de las reparaciones.
“Eso también va muy lento, y el Hospital Escuela está adoleciendo de quirófanos”, afirmó. El retraso, dijo, ha agravado la mora quirúrgica nacional, que supera el 48% según datos oficiales, con más de 13,000 hondureños esperando una cirugía.
La mayoría de los quirófanos de Honduras están fuera de servicio o funcionan parcialmente. A la precariedad de la infraestructura se suma otro problema estructural, la falta de recurso humano capacitado.
Umaña señaló que ni el Hospital María de Especialidades Pediátricas, uno de los centros más modernos, ha recibido apoyo para contratar al personal médico necesario que permita reducir la mora quirúrgica.
“No hay apoyo para contratar el recurso humano necesario, tampoco se aumentó el número de becas para formar especialistas”, añadió.
Deterioro de salud
Para el galeno, la combinación de instalaciones deterioradas y escasez de personal médico ha generado un “cuello de botella” en la atención quirúrgica pública. El resultado es un sistema hospitalario casi colapsado, donde los pacientes deben esperar meses o incluso años para ser operados de dolencias que, con atención oportuna, podrían resolverse en cuestión de días.
Según un estudio de la Asociación por una Sociedad Más Justa (ASJ), uno de cada tres pacientes ha esperado más de medio año para que se le programe una cirugía. Entre quienes ya fueron intervenidos, uno de cada cinco también esperó más de seis meses, indicaron en una encuesta.
Además, el 23% de los pacientes indicó que su cirugía ha sido reprogramada y 52% aseguró que su salud ha empeorado durante la espera.
El congresista advirtió que la red hospitalaria nacional está en condiciones críticas. Los quirófanos cerrados, los equipos dañados y la falta de anestesiólogos y cirujanos están generando un efecto dominó que repercute directamente en la salud y en la economía de miles de familias hondureñas.
“Con la red hospitalaria completamente mala, la mora quirúrgica se aumenta porque no hay facilidades de quirófano”, enfatizó Umaña.
Insistió, además, que la crisis no se resolverá con promesas ni diagnósticos parciales, sino con un plan integral de inversión que incluya la rehabilitación de infraestructura, la contratación de más personal médico y la formación de nuevos especialistas.
En opinión de Umaña, cada paciente que espera una cirugía representa una deuda pendiente del Estado hondureño con su población. “No se trata solo de números, son personas que viven con dolor, que no pueden trabajar ni sostener a sus familias porque el sistema no tiene cómo atenderlas”, concluyó.
Para el doctor Marco Tulio Medina, reconocido neurólogo y científico, esta situación es un espejo de la grave crisis estructural que va más allá de un problema administrativo.
“Hay personas con cáncer que, al no operarse a tiempo, ven avanzar la enfermedad hasta provocar un daño irreversible o la muerte”, lamentó el especialista.
Medina comentó que las consecuencias de la mora quirúrgica no se limitan al ámbito médico, impactan en la economía, la estabilidad familiar y la salud mental de los pacientes que enfrentan largos periodos de espera sin solución.
El también catedrático considera que la crisis actual es consecuencia de una falta de planificación en la construcción y equipamiento de quirófanos, además de la escasa inversión estatal en el sistema hospitalario.
“No planificar en función de la demanda quirúrgica y no contar con los insumos o equipos necesarios es un error grave de gestión en salud pública”, afirmó.
34%
de pacientes
dijo que ha esperado más de seis meses por una cita de cirugía
Medina propuso medidas inmediatas como ampliar las horas de uso de los quirófanos, fomentar cirugías mínimamente invasivas y aumentar la capacidad instalada en los hospitales públicos. “No podemos seguir trabajando solo en ciertos horarios cuando la demanda es tan alta”, sostuvo.
El neurólogo también señaló que Honduras apenas cuenta con 0.6 camas hospitalarias por cada 1,000 habitantes, cuando el estándar mínimo recomendado es una cama por cada 1,000. “Eso significa que el país dispone de unas 6,000 a 6,500 camas en total, lo cual es claramente insuficiente para atender a la población”, explicó.
El problema, dijo, está estrechamente ligado a la baja inversión estatal: “Honduras invierte apenas el 3.5% de su Producto Interno Bruto (PIB) en salud, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda al menos el 6%”, enfatizó Medina.
Sin recursos suficientes, no hay forma de ampliar la infraestructura hospitalaria ni de mantener los quirófanos operativos, agregó.
A criterio de Medina, la situación actual no es nueva ni exclusiva de un Gobierno en particular. “Es un problema estructural que arrastramos desde hace más de 40 años, ninguna administración ha impulsado una reforma profunda desde la época del doctor Enrique Aguilar Paz en los años 70”, recordó.
Como ejemplo, mencionó los proyectos de construcción de dos hospitales de trauma, financiados por préstamos internacionales, que aún no han iniciado pese a haber sido planificados hace varios años. “Debieron ser una prioridad nacional hace tiempo, retrasarlos solo agrava el colapso del sistema”, afirmó.
Equipo obsoleto
En esta misma línea, la doctora Patricia Elvir, coordinadora de Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, campus Unah Cortés, advirtió en declaraciones a este rotativo que la crisis quirúrgica en el país se debe a la mala administración pública y al crecimiento poblacional.
“Tenemos una alta demanda en los hospitales, solo en el Seguro Social, en el área de ortopedia, hay momentos cuando hay hasta 100 pacientes en lista de espera, y los quirófanos siguen siendo los mismos de hace 30 años, es nada, el crecimiento de la población ha sido enorme, pero la infraestructura no”, afirmó.
La doctora considera que la falta de actualización en la infraestructura hospitalaria es responsabilidad directa de quienes administran el sistema.
“Si hay más demanda, debe haber más oferta, pero no se ha hecho. Siempre se da prioridad a las emergencias, y es comprensible, porque la mayoría de pacientes que ingresan son por trauma; pero eso también refleja otro problema, la falta de educación vial está llenando los servicios de ortopedia y neurocirugía”, cuestionó.
La académica detalló que los pacientes suelen esperar más de 100 días para ser operados, y que en muchos casos los retrasos se agravan por la falta de cobertura médica. Si un médico sale de vacaciones y no hay quién lo sustituya, las cirugías se cancelan y los pacientes deben esperar más, es una cadena que se repite.
A la falta de personal se suma la precariedad de los equipos e infraestructura. Hay quirófanos inhabilitados porque no hay ropa de cama o porque no se les da mantenimiento al equipo, como los sistemas de esterilización.
Todo eso se debe a la sobrecarga y al deterioro de equipos antiguos, ya que los quirófanos son viejos y no se han renovado. Los médicos siguen operando con estructuras de hace tres o cuatro décadas mientras la población crece y enferma.
Duros testimonios de espera
LA PRENSA Premium consultó a varios usuarios para conocer de cerca sus experiencias con la mora quirúrgica en el sistema público de salud.
Ana Moreno relató que “a un primo se la programaron de enero de un año a agosto del siguiente, así de eficientes son”. Por su parte, Claudia Juárez contó que “desde hace más de tres años estuve esperando que me operaran y lo único que me dieron fueron calmantes; con medicina natural he logrado controlarlo, gracias a Dios”.
Jennifer Mendoza explicó que “desde abril de 2024 sigo esperando mi operación de vesícula en el Seguro Social; ya va a terminar este año y todavía nada”. Otro caso, el de Isi Córdova, refleja el costo más alto de la espera: “Mi madre murió esperando que la operaran de la vesícula en el Catarino Rivas”.
Mientras tanto, Ana Matilde lamentó la atención deficiente incluso en el sistema contributivo: “Me ha tocado esperar hasta ocho horas en la emergencia del Ihss de San Pedro Sula y no me han atendido; y eso que cada mes les pago, imagínense en un hospital público”.
De acuerdo con Blanca Munguía, directora de Salud dentro ASJ, los gobiernos no han impulsado el modelo de atención Honduras que impulsa la prevención en salud, tampoco se ha hecho la inversión adecuada.
Hay quirófanos que requieren ser reparados para su utilización, otros que necesitan el espacio u otro equipo alrededor de ellos se reparen o acondicionen para realizar un trabajo funcional. Hay quirófanos que no se utilizan porque no se cuenta con el personal para realizar las cirugías, estos están subutilizados.
2,553
cirugías
se realizaron en agosto pasado, lo que no alcanza para superar la mora
"Recomendamos, para resolver el problema de las cirugías pendientes y habilitar la totalidad de los quirófanos, hacer un plan detallado con los resultados concretos que sean medibles, la asignación de presupuesto y una gestión eficiente", declaró la analista.
De acuerdo con los informes más recientes de esta instancia de sociedad civil, las principales causas de los retrasos en las cirugías son la falta de médicos disponibles, seguida por la insuficiencia de quirófanos habilitados, la escasez de medicamentos e insumos médicos, así como la limitada disponibilidad de camas hospitalarias, entre otros factores.