Partido Liberal se siente "una fuerza arrolladora" con Nasralla y sus alcaldes
El Partido Liberal apuesta por el arrastre de Salvador Nasralla entre independientes y jóvenes, respaldado por su mayor activo político: alcaldes y caudillos capaces de movilizar voto
- Actualizado: 12 de noviembre de 2025 a las 17:59 /
El Partido Liberal vuelve a sentirse poderoso. Tras más de una década a la sombra de sus adversarios, la popularidad de Salvador Nasralla como candidato presidencial, combinada con el trabajo territorial de varios alcaldes que han construido estructuras sólidas en sus municipios, ha devuelto a los rojiblancos un aire de posibilidad que parecía perdido: la opción real de ganar las elecciones de 2025.
La última vez que los liberales celebraron un triunfo presidencial fue en 2005, con Manuel “Mel” Zelaya. El golpe de Estado de 2009 alteró por completo el tablero político: Zelaya rompió con el partido fundado por Policarpo Bonilla y, años después, lideró el nacimiento de Libertad y Refundación (Libre), un proyecto de centroizquierda que capturó buena parte de la base, votantes y de los liderazgos liberales.
Aquel cisma abrió una hemorragia electoral que dejó al Partido Liberal debilitado, fragmentado y condenado a cuatro derrotas consecutivas: tres administraciones del histórico rival, el Partido Nacional (2010-2014, 2014-2018 y 2018-2022), y una cuarta derrota ante Libre, que llevó a Xiomara Castro a la presidencia.
Hoy, por primera vez desde entonces, el Partido Liberal vuelve a ocupar el centro del escenario con aspiraciones reales de gobernar.
En las pasadas elecciones primarias quedó patentado: los liberales obtuvieron 656,741 votos válidos, de los cuales 381,062 fueron para Nasralla. La cifra supera los votos que Yani Rosenthal consiguió como candidato presidencial en las generales de 2021 (335,762), un indicador claro de que la caída de votantes entre procesos se contuvo.
"El Partido Liberal se ha convertido en una fuerza arrolladora. La sinergia de tener a un partido de más de 134 años y a un candidato con la popularidad y trayectoria limpia como la de Salvador Nasralla ha hecho que el partido no solamente sea fuerte en sectores urbanos, sino también en rurales", afirmó Marlon Lara, diputado liberal.
Desde su salto a la política en 2013, Nasralla ha demostrado una capacidad poco común para atraer votantes de distintos sectores, principalmente independientes y jóvenes. Además, muestra una fortaleza electoral constante en la zona norte.
En 2013 se posicionó como el cuarto candidato más votado con el Partido Anticorrupción —y su triunfo sorpresivo en Cortés—; en 2017 lideró la Alianza de Oposición contra la Dictadura; y en 2021 fue pieza clave en la victoria de Xiomara Castro, tras sellar una alianza entre Libre, el Pinu-SD y el Partido Salvador de Honduras (PSH).
Pero no todo se explica por su figura. El Partido Liberal tiene un valioso activo pese a los años de estar en la llanura: sus alcaldes. En 2021, los liberales ganaron alrededor de 90 corporaciones municipales, quedando en segundo lugar, por detrás de los nacionalistas (con aproximadamente 140).
El trabajo territorial se ha convertido en un pilar estratégico. Varios alcaldes liberales gobiernan municipios de alta carga electoral —San Pedro Sula, con Roberto Contreras; Villanueva, con Walter Perdomo; El Progreso, con Alexander López; La Ceiba, con Bader Dip; Puerto Cortés, con María Luisa Martell; Choluteca, con Quintín Soriano; y Comayagua, con Carlos Miranda—.
Ellos y otro puñado de jefes municipales han consolidado estructuras que hoy sostienen buena parte de la maquinaria partidaria. Muchos de ellos, auténticos caudillos locales tras varios períodos en el poder municipal, operan como anclas políticas capaces de movilizar votantes y garantizar resultados en territorios clave.
En las elecciones primarias pasadas, Nasralla dominó en Cortés con 171,756 votos. Este departamento, además de ser el que más votantes concentra —1.13 millones—, se caracteriza por ser un territorio "bisagra", donde ningún partido domina por tradición.
Este mismo departamento fue ganado por Nasralla cuando aspiró a la presidencia en 2013 y 2017, mientras que en 2021, en alianza, instó a sus seguidores a votar por Xiomara Castro para romper la continuidad del Partido Nacional.
El desafío, sin embargo, no es menor. El propio Lara reconoce que persisten zonas difíciles, especialmente Francisco Morazán y Choluteca, históricamente más afines al Partido Nacional. Aun así, insiste en que Nasralla está captando el voto indeciso, el voto joven y buena parte de los 748,254 nuevos votantes habilitados para estos comicios.
A esto se suma otro ingrediente: el desgaste del gobierno actual. Según Lara, el desencanto ciudadano podría traducirse en un voto de castigo contra Libre, lo que, en su lectura, fortalecería las posibilidades liberales.
"La gente el 30 de noviembre va a salir masivamente a votar porque quieren castigar a Libre porque les incumplió las promesas de campaña", declaró.