Ramírez afirma que lo primero y más importante al descubrir una violación es escuchar a los menores y apoyarlos. No enjuiciarlos ni culparlos.
Lilian Ramírez es psicóloga y periodista, y está convencida de que las violaciones sexuales en Honduras son una epidemia silenciosa.
Entre 2018 y 2019 lideró en El Negrito, Yoro, una campaña de prevención de abusos en siete centros educativos, donde abarcó junto a su equipo a 750 niños y niñas entre 10 y 15 años.
De ellos, 250 dijeron a través de una dinámica, estar siendo víctimas de abuso de algún tipo sexual. Sobre esta situación orienta a los padres, ya que es parte de su día a día.
¿Como psicóloga qué tantos pacientes abusados sexualmente atiende?
En el consultorio, un 70% de las personas que llegan a consulta independientemente de la edad y el género, en algún momento relatan haber sido víctimas de diferentes tipos de abuso, entre ellos, el abuso sexual.
Generalmente en la infancia o en la adolescencia, muy pocas mujeres o hombres hablan de haber sido víctimas ya en la etapa adulta, pero sí he tenido casos de personas que recuerdan que a los 4 años de edad comenzaron a ser víctimas de abuso y ha sido abuso prolongado durante años que tal vez se vinieron a dar cuenta en la adolescencia que lo que estaba pasando no era normal.
¿Dicen de entrada que fueron abusados al buscar ayuda?
Nos llegan niños o niñas con comportamientos agresivos, problemas de conducta en la escuela, adolescentes con problemas de conducta en el colegio; los padres los llevan porque se están comportando mal. Entonces, cuando nosotros comenzamos y les hacemos las evaluaciones psicológicas o empezamos a hablar, por ejemplo, si son adolescentes sobre el tema de su vida sexual, ahí se puede observar que manifiestan algunos síntomas como ansiedad o entran en crisis. Se ponen a llorar, no quieren hablar sobre ese tema y, pues, al seguir indagando nos damos cuenta de que efectivamente han sido víctimas de abusos. Entonces niños y adolescentes son la mayoría.
Cuando un padre descubre que su hijo es abusado, ¿cómo se aborda la situación?, ¿a veces son los últimos en darse cuenta?
Hay una serie de señales que alertan y debemos estar pendientes, por ejemplo, si nuestros hijos han tenido determinada conducta durante toda su vida y de repente comienzan estos comportamientos a cambiar, se vuelven alejados o más agresivos, lastiman animalitos o a sus hermanitos, o lanzan objetos. Todos esos son síntomas.No necesariamente de abuso sexual, pero sí probablemente de que algo está ocurriendo con el niño o la niña. Otro síntoma es lo de la regresión con el control de esfínteres, los niños, sobre todo los pequeños, tal vez ya han pasado esa etapa de dejar de hacerse pipí y pupú en la cama y regresan a ello al no poder controlarse.
Ramírez trabaja con la Oficina Municipal de la Mujer de Santa Cruz de Yojoa, en la atención a víctimas de violencia doméstica y en su consultorio privado PsicoEspacio.
El mismo niño manda mensajes...
Esto significa que algo emocional está pasando ahí y es un signo de alerta o cuando los niños comienzan a comportarse de cierta manera con algún familiar o persona que visita constantemente la casa y se rehúsan a estar cerca o se ponen nerviosos o agresivos. Esta es otra alerta en la que debemos estar pendientes y, sobre todo, por ejemplo, hay un detalle que muchas veces pasamos por alto y son las conductas hipersexualizadas en los niños.
Esto significa que de repente vemos que los niños andan tocándole los genitales a otros niños, o mostrándoselos a otros niños, entonces esas son conductas que hipersexualizan. O sea, a alguien tuvo que observar o alguien está abusando de ese niño. En eso hay que tener mucho cuidado.Es normal que los niños desde pequeñitos se empiecen a explorar, es normal como cuando se meten un dedo en la nariz, ellos exploran su cuerpo porque están aprendiendo a conocerlo, pero de ahí a tener conductas sexualizadas, eso sí ya es un signo de alerta.
¿Hay muchas formas de abuso?
Creemos que el abuso sexual es solamente cuando hay tocamiento o contacto genital entre un adulto o un adolescente hacia un niño, pero no es así. Con el hecho incluso de que los niños observen a sus padres teniendo intimidad, eso ya se considera como abuso.Hay que tener sumo cuidado con las conductas que nosotros tenemos. Una cosa es que como padres mostremos a nuestros hijos que somos cariñosos entre nosotros, porque refuerza los lazos familiares, pero otra es ya tener conductas sexualizadas delante de nuestros hijos. Eso sí ya va generando un trauma y creando en el niño creyendo que eso es normal. Las relaciones sexuales son normales cuando se tiene la madurez, antes no.
¿Cuántos de estos casos suceden en el seno del hogar?
Es altamente común que el abusador sea un pariente. En muchos casos que yo he atendido son el abuelo, los primos, los tíos, hermanos y padrastros. Es muy extraño que me diga una víctima que el abusador fue un amigo de la familia o alguien que llegó un tiempo. Generalmente son los parientes más cercanos.
¿Los abusadores son personas traumadas o perversas?
Probablemente hayan sido víctimas también o sufran una enfermedad mental. También existe la pedofilia (atracción sexual de la persona adulta hacia niños de su mismo o de distinto sexo).