“Ya está la chica afuera”: así vigilan y transportan a hondureñas VIP

LA PRENSA Premium pudo constatar cómo es que las redes de prostitución funcionan en San Pedro Sula, desde la cita para el encuentro hasta la llegada de la mujer.

La cita ocurrió en Jardines del Valle. Tras una ligera conversación a través de WhatsApp y luego de observar un catálogo de mujeres se notificó por escrito que la escogida era “Fabiola” (nombre ficticio). Es una mujer de contextura gruesa, cabello liso y de aproximadamente 1.60 de estatura.

La cita fue pactada es a la 1:30 pm. En ese momento un equipo de investigación se desplaza a un motel reconocido de la ciudad. A nuestro arribo timbra el celular y, como se pensaba, escriben desde la casa de masajes: “Estando allí me avisa, amor, para dirigirlo, estará una hora, dependiendo lo que pida. Se hospeda, me envía imagen de habitación y número”.

Seguidamente se manda la ubicación para que constaten que se está en el lugar. Como pasa en estos casos, los encargados del motel no piden identificación. De todas las habitaciones solo tres están desocupadas, por lo que se ingresa a la primera que colinda con la entrada del lugar.

Tras entrar en el carro se cierra la cortina eléctrica y toca esperar a la chica al menos media hora. Justo cuando las manecillas del reloj se acercan a las 2:00 pm, desde una pequeña abertura de la cortina se mira el ingreso sigiloso de un vehículo turismo que se estaciona justo enfrente de la habitación en mención.

De repente cae otro aviso al celular: “Ya está la chica afuera”.Se abre la cortina, pero pasan unos 30 segundos sin que nadie salga, apenas se aprecian las siluetas de rostros por los vidrios polarizados.

De pronto abren la compuerta y sale una mujer que viste leggins negras, camisa de fondo del mismo tono y otra tipo manga larga por encima.

Sin voltear a otro lado se mueve rápidamente e ingresa a la habitación y se vuelve a cerrar la cortina.

En esta imagen aparece el hombre que transportaba a “Fabiola” en un turismo. No se movió del lugar en todo momento y esperó que saliera.

Al cumplirse la hora coloca su carro enfrente de la cortina y espera ansiosamente que la chica salga de la habitación.

Tras entrar “Fabiola” al carro, quien la transportaba procedió a salir casi entre el silencio por el único ingreso que tiene el motel y partieron.