El perfecto trazo de sus vías, la joya mejor guardada de Ocotepeque
La ciudad más occidental de Honduras emerge de la cara este de la Reserva Biológica Guisayote, que forma parte del sistema de áreas protegidas de Honduras. A vista de drone, esta pequeña urbe muestra su potencial y su cuadrícula envidiable, aunque tiene muchos retos y necesidades.
- 20 mayo 2024 /
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La ciudad más occidental de Honduras tiene todo el potencial para convertirse en una urbe moderna. Está localizada en la región trifinio, muy cerca de El Salvador y Guatemala. Su posición, así como su diseño, están bien pensados y se puede apreciar desde las alturas.
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Desde el dron de Melvin Cubas se puede apreciar la distribución de calles y avenidas de la ciudad de Ocotepeque. Sus bulevares son amplios, al igual que calles y avenidas. Es una de las tres ciudades mejor dibujadas de Honduras, entre ellas San Pedro Sula y el pequeño casco urbano de La Unión, Olancho.
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Ocotepeque es conocida como “La Ciudad de la Hospitalidad”, tiene un clima cálido y su gente se dedica al comercio, el cultivo de café, hortalizas y la ganadería. A causa de su imparable crecimiento urbano ha aumentado la demanda de electricidad. También sufre por los prolongados y repetidos apagones.
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De acuerdo al INE, Ocotepeque tiene una superficie de 1,630 Km2 y su población asciende a 176,693 Habitantes. Su densidad poblacional es de 108.4 Hab/Km2. Se compone de 16 municipios 126 aldeas. En su cabecera le rinden honor a San José, nombre también de su iglesia católica principal.
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Cuenta la historia que la ciudad de Ocotepeque ha sufrido dos grandes tragedias: la primera catástrofe la predijo el campesino Ángel Ardón en 1914 y por ello lo llamaban “el loco de Ocotepeque”. Y la segunda en 1969 en la llamada “Guerra del Fútbol” que provocó una invasión salvadoreña a la ciudad.
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Resulta que desde finales de mayo de 1934, todo el occidente de Honduras fue azotado por fuertes tormentas que procedían de la región del Pacífico. Fue tal la intensidad de las lluvias, que aseguran que llovió durante 12 días sin parar. Todos los ríos se salieron de su causes y hubo muchos perjudicados.
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Cerca de Ocotepeque pasaba el inofensivo río Marchala. Fue en lo alto de la montaña que se formó un dique de piedra y lodo. A eso de las 7:00 am del 7 de junio de 1934 la “represa” cedió, y con enorme fuerza azotó la ciudad de Ocotepeque destruyéndola casi por completo. De 4,300 habitantes que habían, 486 murieron.
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Fue así, que tras la conmoción por la tragedia que los golpeaba, los habitantes de Ocotepeque decidieron trasladar sus vidas y su ciudad a las proximidades del vecino municipio de Sinuapa y bautizaron la ciudad como Nueva Ocotepeque, cuentan los locales en la plaza de comidas llamada El Planchón, en el corazón de la ciudad.
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El 17 de septiembre de 1935, el Congreso Nacional por decreto Nº 83 designó a la Nueva Ocotepeque el título de cabecera departamental de Ocotepeque. Y en 1958, también el legislativo abolió el nombre de Nueva Ocotepeque y se llamo solo “Ocotepeque”.
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La ciudad de Ocotepeque es una ciudad bifronteriza. Al sur colinda con la frontera de El Poy que la une a El Salvador; y, al norte converge con la aduana de Aguas Calientes que la enlazan con Guatemala. Es una ciudad muy activa y con enorme potencial comercial, por ser ciudad de paso para miles de personas.
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Para la diputada nacionalista Tania Pinto, Ocotepeque todavía es una ciudad muy vulnerable. “El peligro se vive cada invierno con el río Marchala por la falta de desasolvamiento, mismo que ya se aprobó en el Congreso la moción en la que el gobierno central a través de Fhis realizará esos trabajos de mitigación”.
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El Portillo es una parada obligada al subir El Guisayote. Es el punto más alto en carretera y está en el medio de una larguísima cuesta que mide 38 kilómetros si se cuentan desde el desvío al municipio de San Marcos en la cara oeste de la montaña a Ocotepeque, la cabecera del lado este.
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Para llegar a Ocotepeque desde Copán es indispensable atravesar la Reserva de Guisayote. La vía aloja una de las cuestas más empinadas, cuya cumbre es justamente en El Portillo, una de las comunidades con los climas más fríos de Honduras en invierno. Se localiza a cerca de los 2,400 metros sobre el nivel del mar.
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Pese a ser una reserva, El Guisayote también sufre por la deforestación e incendios forestales. Algunas zonas son arrasadas para cultivos. En verano, la característica frescura del lugar desaparece debido a la innegable pérdida de cobertura forestal.
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El gobierno de Xiomara Castro ha anunciado la pavimentación de 20 kilómetros para la rehabilitación con concreto hidráulico de la carretera CA-4, tramo: Ocotepeque-El Portillo, con una longitud (20 km). Esta es la vía terrestre más alta en el país con 2,025 metros sobre el nivel del mar.
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La carretera a Ocotepeque es otro gran pendiente con este departamento. Desde Santa Rosa de Copán en adelante está muy deteriorada. Hay gran cantidad de fallas geológicas y enormes y peligrosos baches que han hecho desaparecer el pavimento, volviendo lento y polvoriento el avance.
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Entre otras necesidades que tiene Ocotepeque es que no cuenta con un proyecto de agua potable eficiente.Además, la clínica periférica del valle de Sesecapa no cuenta con insumos médicos, medicamentos, ni ultrasonidos ni mucho menos máquinas para realizar electrocardiogramas, afirmó Tania Pinto.
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Hay falta de apoyo al agricultor con capital semilla y los accesos a los caminos productivos están en muy mal estado, afirmó Tania Pinto, una de dos diputados que tiene el departamento. El Partido Nacional ha predominado entre el gusto político de los ocotepecanos.
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La ciudad de Ocotepeque también requiere de más vías de acceso. La única forma de entrar a la ciudad, llegando desde Copán o Sinuapa es un pequeño puente, usado habitualmente para realizar tomas y protestas, como por ejemplo, por los apagones. Cuando ese paso se cierra, toda la ciudad colapsa, dijeron pobladores.
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El 2 de noviembre del año pasado, el entonces ministro de Salud, José Manuel Matheu, anunció que el 10 de noviembre de 2023 comenzaría la construcción de los hospitales de Ocotepeque, Santa Bárbara y el de Salamá, en Olancho. En la actualidad, en Ocotepeque solo se ha avanzado en la preparación del predio.
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El terreno que alojará al primer hospital público de Ocotepeque, municipio que carece de uno y cuyos pobladores deben acudir a centros hospitalarios de Guatemala o El Salvador, era propiedad de la Escuela Normal Mixta “Miguel Ángel Chinchilla Solís”.
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“El hospital de Santa Bárbara será regional y el de Ocotepeque y Salamá, hospitales básicos”, dijo entonces Mathew, quien esperaba culminar los tres centros a finales de 2024 o inicios de 2025, sin embargo, en Ocotepeque apenas han comenzado los trabajos de construcción.
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El terreno para la construcción, donado por la Secretaría de Educación, comprende cuatro manzanas. Recientemente, la ministra de Salud, Karla Paredes, anunció que los tres centros asistenciales están en proceso de desarrollo (Santa Bárbara, Ocotepeque y Salamá) tendrán un costo total para la construcción y equipamiento de US$90 millones.