Compruebe las medidas de seguridad de los billetes hondureños

El proceso detrás del dinero que llevamos en el bolsillo es complejo, tecnológico y altamente controlado. Aquí le contamos cómo y dónde lo elaboran y las medidas de seguridad que tiene que conocer para que no estafen

Compruebe las medidas de seguridad de los billetes hondureños
San Pedro Sula, Honduras.

En Honduras circulan oficialmente nueve billetes de diferentes denominaciones regulados única y exclusivamente por el Banco Central de Honduras.

Los billetes de uno, dos, cinco, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 lempiras miden 156 milímetros de largo y 67 milímetros de ancho.

Todas las denominaciones (L1, L2, L5, L10, L20, L50, L100 L200​ y L500) están hechas al cien por ciento (100%) de fibras de algodón; además, una emisión de billetes de L20 que se elaboró en sustrato de polímero, los cuales son materiales de primera calidad y alta resistencia al rasgado, doblez, tensión y arrugamiento.

Los billetes que circulan en Honduras no se imprimen dentro del país, algunos de ellos, como el L20 se produce en una de las imprentas de seguridad más avanzadas del mundo: la Polska Wytwórnia Papierów Wartościowych (PWPW), con sede en Varsovia, según información del Banco Central de Honduras en su canal de Youtube.

Esta empresa polaca concentra en un mismo recinto la fabricación del papel y la impresión de billetes, cumpliendo estrictos protocolos de seguridad, tecnología ecológica y sofisticadas técnicas antifalsificación.

De acuerdo a la licitación privada No. 01/2024, el BCH adjudicó la impresión de 510 millones de piezas de billetes a tres empresas: PWPW (Polonia): Encargada de imprimir billetes de 1, 2, 5 y 50 lempiras.

¡Todos cayeron! Ni taxistas ni vendedores detectaron billetes falsos G5

Oberthur Fiduciaire (Francia): Responsable de los billetes de 10 y 20 lempiras y Crane Currency (Estados Unidos): Asignada a la producción de billetes de 100 y 500 lempiras.

Además, en el pasado, otras imprentas como Canadian Bank Note Company (Canadá) y De La Rue (Reino Unido) han participado en la producción de billetes hondureños. Esta estrategia de diversificación permite al BCH asegurar la calidad, seguridad y disponibilidad de su moneda en circulación.

Banco Atlántida elaboró una guía sobre las medidas de seguridad de los billetes. Estas corresponden a las de 50 lempiras.

De algodón a dinero: así nace el papel moneda

Para crear el billete de L20, de acuerdo a un video compartido por el Banco Central de Honduras en su canal de Youtube, todo inicia con fibras de algodón puro, que se limpian, blanquean sin cloro (tecnología TCF) y se procesan hasta obtener una masa resistente y flexible.

Esta masa es alimentada a una máquina especial donde se forman las hojas base del billete. Aquí aparecen por primera vez las marcas de agua y se inserta el hilo de seguridad, una tira visible al trasluz que recorre verticalmente cada ejemplar.

Durante el proceso, se aplican aditivos químicos que mejoran la durabilidad, apariencia y seguridad del papel. La cinta de papel pasa por prensas que eliminan el agua, luego se seca, se recubre, se alisa y se tiñe con alta precisión, cumpliendo las especificaciones del cliente —en este caso, el Banco Central de Honduras (BCH)—.

Cada bobina de papel es monitoreada continuamente por sensores que miden gramaje, color, humedad y ubicación exacta de los elementos de seguridad. Una vez superado este control, el papel se corta, embala y avanza a la etapa de impresión.

Medidas de seguridad de los billetes de L20. Guía Banco Atlántida

Tecnología de impresión para evitar falsificaciones es fundamental. La primera impresión del billete utiliza la técnica de offset seco, que permite aplicar simultáneamente el anverso y reverso del billete, alineándolos de forma exacta. Esto posibilita el uso del "registro perfecto", donde fragmentos del diseño forman una imagen completa al observar el billete contra la luz.

Le sigue el intaglio, una técnica tradicional que da relieve al billete, perceptible al tacto. Esta impresión no solo es estética, sino inclusiva: ayuda a personas con discapacidad visual a identificar los billetes. También se agregan microtextos, guilloches (patrones gráficos imposibles de escanear) y tintas invisibles que brillan bajo luz ultravioleta.

Una vez impreso, cada billete recibe un número serial compuesto por dos letras y siete cifras. Posteriormente, se cortan individualmente, se empacan bajo vigilancia estricta y se envían al BCH en transportes blindados.

Un sistema blindado, pero vulnerable al crimen

El billete de 20 lempiras, por ejemplo, tiene múltiples niveles de seguridad y simbolismo nacional. En su anverso se ve a Dionisio de Herrera, primer presidente de Honduras; y en el reverso, la antigua Casa Presidencial, hoy sede del Archivo Nacional y Museo Presidencial.

Elementos como el microtexto, los efectos ópticos variables y los hilos de seguridad insertados durante el moldeado, forman una barrera contra la falsificación que difícilmente puede ser burlada con medios comunes.

A pesar del nivel de sofisticación, Honduras enfrenta hoy un problema creciente: la circulación de billetes falsos conocidos como G5, cuya apariencia imita incluso a los originales fabricados en PWPW. Esto plantea un nuevo reto para las autoridades y consumidores, que deben aprender a identificar los elementos de seguridad en cada lempira.

El proceso detrás del dinero que llevamos en el bolsillo es complejo, tecnológico y altamente controlado. Pero la amenaza de la falsificación exige que tanto instituciones como ciudadanos estén más informados que nunca.

TOME NOTA: Este artículo fue revisado y aprobado por un editor con ayuda de una herramienta de inteligencia artificial.

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