25/04/2024
07:53 AM

Viajar al occidente de Honduras, tortura sin fin

A casi un año de Eta y Iota, diferentes tramos carreteros de Santa Bárbara y Copán resultan intransitables; en tanto, el Gobierno todavía avanza con las reparaciones.

SAN PEDRO SULA. A casi un año de los desastres provocados por las tormentas Eta y Iota en al menos siete tramos de la carretera RN-20, la actividad comercial y turística de Santa Bárbara sigue sufriendo pérdidas incontables.

“El comercio se ha debilitado y la generación de ingresos para las empresas es menor, porque tiene que trasladarse por Pito Solo, donde es mayor la distancia, y quienes transitan por el sector de Ceibita reportan daños en sus vehículos”, dijo Virgilio Reyes, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Santa Bárbara (CCISB).

Antes de los desastres naturales de noviembre de 2020, los turistas de San Pedro Sula y alrededores que deseaban viajar a Santa Bárbara transitaban por Ceibita como la ruta más rápida para llegar, pero actualmente aún hay zonas en mantenimiento, lo cual provoca filas enormes en donde las personas pierden de dos a tres horas para cruzar.

“Si usted tiene encendido el vehículo durante dos horas, ¿cuánto combustible pierde? También es un efecto para el país como importador”, agregó Reyes.

Si bien los tramos de la RN-20 dañados por Eta y Iota son relativamente cortos, tomando en cuenta que el malecón de Gualala es más grande, el problema es que las tormentas destruyeron la vía o parte de ella.

“Son daños muy profundos porque el río Ulúa está 50 metros debajo del pavimento y si rompió una vía o dos vías 50 metros abajo, resulta bastante costoso su reparación”, refirió Reyes.

Días atrás, la Comisión Interventora de Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H) informó a través de un comunicado los avances en la reparación del corredor carretero que conecta a los municipios de San Pedro Zacapa, Concepción Sur, Ceguaca, Santa Bárbara, Gualala, San José de Colinas, Ilama, Chinda, Trinidad, San Luis, Petoa, Quimistán, los cuales se prevé que puedan concluir entre diciembre de 2021 o enero del próximo año.

En el kilómetro 60, en la denominada falla del malecón, se ha avanzado en un 90% las tareas de corte en roca para cambio de alineamiento horizontal. También están finalizando los trabajos de relleno con material de río, instalación de alcantarillas y se ha programado el revestimiento de cunetas y talud, de acuerdo al comunicado de Invest-H.

Presupuesto para 2022

El Presupuesto General de la República para el ejercicio fiscal 2022 contempla la inversión de 4,127.5 millones de lempiras en carreteras. Esto incluye el plan de infraestructura vial que contiene la rehabilitación y mantenimiento de la red vial pavimentada y no pavimentada de caminos secundarios y terciarios, para facilitar el acceso a la comercialización y conectividad. Las intervenciones incluyen proyectos carreteros en 16 departamentos.

La reconstrucción de 59.4 kilómetros y la atención de cinco fallas a lo largo del tramo carretero Santa Bárbara – Ceibita se ejecutan con una inversión de unos 76.4 millones de lempiras.

Funcionarios esperan que una vez concluidas estas obras se garantice una mejor circulación de vehículos livianos y de carga pesada en esa importante carretera de occidente del país.

La misma comunidad de Santa Bárbara ha presionado para que las autoridades aceleren el proceso de habilitación de vías.

“Se hicieron varias campañas que surgieron aquí en Santa Bárbara principalmente de los jóvenes. Por ejemplo, le celebramos el cumpleaños a un hundimiento (en la carretera de San Francisco de Ojuera) que tiene más de dos años y también al de Iguala le pusimos el ‘muro de los lamentos’.

Ambas resultaron ser protestas muy inteligentes para que las autoridades reaccionaran”, dijo el comunicador social Milton Turcios. Por su parte, tanto autoridades de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep) como de Invest-H instan a la población a que se desplace con precaución por las carreteras por lo que resta del asueto nacional.

“Pedimos a todos comprensión porque los trabajos no se detendrán (debido al feriado morazánico); ya que las fuertes lluvias han dañado las carreteras y seguiremos trabajando con la reparación de las mismas, así como la pavimentación municipal, bacheo con capas asfálticas y sus respectivas señalizaciones en la red vial, entre otras importantes obras”, comentó Roberto Pineda, secretario de Insep.

Precaución al conducir entre La Entrada y alrededores

LA ENTRADA. Pese a que la carretera CA-11 entre La Entrada y Copán Ruinas tiene solamente dos años de haberse construido, al menos tres tamos quedaron considerablemente dañados a causa de la crecida del río Copán durante los huracanes Eta y Iota de noviembre de 2020.

Los tramos en estado crítico se localizan a la altura del sitio conocido como El Mal Paso, a seis kilómetros de Copán Ruinas donde hay un tramo de tierra en el que se aloja una falla geológica. Ese tramo dañado tiene una longitud de 500 metros lineales, aproximadamente.

En la misma carretera, cerca de Santa Rita, hay un tramo de unos 100 metros socavados, los cuales son un riesgo para los que circulan en la vía.

A la altura de la comunidad de El Jaral hay otro punto crítico en el que se hundió un carril y se circula con dificultad debido al colapso del tramo.

Otro tramo afectado en esa misma carretera es el que está a la altura del río Ututa, jurisdicción de Santa Rita Copán, donde la carretera se hundió desde los huracanes y se han hecho rellenos, pero se circula con dificultad, según constató un equipo de Diario LA PRENSA durante un recorrido reciente.

También en la carretera CA-4 entre La Entrada y Santa Rosa de Copán se presentaron fisuras en la carretera construida con concreto hidráulico, después de los desastres naturales de 2020. Con las lluvias registradas durante este año, las fisuras se han hecho más profundas a la altura del sector de Los Hornos y Conal Trincheras.

Entre La Entrada y Ceibita aún sigue la labor de mantenimiento y está avanzándose con el bacheo, que ocasiona filas a la altura de Chiquila y Sula.

Viajar al occidente de Honduras, tortura sin fin