Por increíble razón aún no está terminada la carretera a La Esperanza, Intibucá
A ritmo de un kilómetro por mes va el superlento avance en el último tramo de la carretera RN-22 hacia La Esperanza, Intibucá. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no han podido terminar un tramo tan corto si el 95% de la carretera ya está listo?
- 25 de septiembre de 2025 a las 23:55 /
Hay buenas y malas noticias sobre la carretera a La Esperanza, Intibucá, uno de los destinos favoritos para el Feriado Morazánico.
La buena es para los visitantes, ya que casi toda la nueva carretera de concreto hidráulico está terminada. La mala es que todavía hay alrededor de 3.5 kilómetros incompletos; es decir, aún son de tierra o tienen baches, justo antes de llegar a La Esperanza.
La carretera Siguatepeque–La Esperanza, que debía estar concluida en 2024, por culpa de un tramo ridículamente corto aún sin pavimentar sigue convertida en un dolor de cabeza por los atrasos, sobrecostos y promesas incumplidas.
El proyecto, de 67 kilómetros en total, se dividió en dos partes: Siguatepeque–Jesús de Otoro (32 km), ya finalizado (aunque pendiente la señalización) a cargo de la empresa Sermaco, y de Jesús de Otoro–La Esperanza (35 km), a cargo de Prodecón.
Es en este último donde los atrasos se volvieron la regla. Aunque el reporte oficial de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) del primer trimestre de 2025 daba cuenta -para entonces- de un 83.23% de avance, y 10.5 kilómetros pendientes para concluir la obra, la realidad es que en cinco meses; es decir, de abril a septiembre, solo se han pavimentado unos siete kilómetros, y de esos, un tramo fue pavimentado con carpeta asfáltica, no concreto hidráulico como el resto de la obra.
En abril, y en víspera de Semana Santa, LA PRENSA constató que faltaban casi 10 kilómetros de la carretera. Es decir, que de abril a la fecha, apenas pavimentaron un kilómetro por mes, ritmo que ha condenado a los habitantes del altiplano a esperar mucho más de lo prometido, y a sacar dinero de sus propios bolsillos, para que ese pedazo pendiente sea transitable, cuando arrecia el mal clima.
El proyecto arrancó en 2023, con un presupuesto inicial de 700 millones de lempiras, pero en la ficha oficial (código BIP 24994) de la SIT, la cifra global del proyecto consta por 982.9 millones de lempiras, de los cuales casi 90 millones se destinan únicamente a supervisión.
Dos años después, los esperanzanos siguen topándose con un camino a medias y con la duda inevitable: ¿se avanza lento por incapacidad técnica o por conveniencia política?
La carretera beneficia directamente a 232,996 habitantes divididos así: (115,027 habitantes del Municipio de Siguatepeque, 33,499 habitantes del municipio de Jesús de Otoro, 68,704 habitantes del Municipio de Intibucá y 15,766 habitantes del Municipio de La Esperanza) y es clave para la economía del altiplano, donde la agricultura y el turismo dependen de una conectividad ágil.
Pero el atraso global en esta mitad del proyecto—que ya suma casi 20 meses— ha golpeado al comercio local y disuadido a turistas, que prefieren no arriesgar sus vehículos en un tramo en ruinas.
Mientras tanto, las empresas constructoras y la SIT discuten diseños de pavimento y cronogramas, los kilómetros se acumulan en el papel, y la carretera se convierte en un recordatorio incómodo de cómo en Honduras hasta el concreto puede endurecerse más rápido que la voluntad política.
Nadie justifica los atrasos
Históricamente, la ciudad de La Esperanza, ubicada en el departamento de Intibucá, Honduras, ha sido el pueblo soñado para miles de vacacionistas que optan por disfrutar del Feriado Morazánico de octubre en pueblos pintorescos con clima agradable.
Es justamente su altura y su frío delicioso lo que la hacen el destino predilecto para relajarse y disfrutar a gusto los días de descanso. Sin embargo, llegar a esta localidad reconocida como la ciudad más alta y fría del país, situada aproximadamente a 1,700 metros sobre el nivel del mar, fue por años una terrible pesadilla por culpa de su carretera.
Este 2025, por fin, ir a La Esperanza puede ser un viaje menos traumático. Si bien, aunque la nueva carretera RN-22 está casi terminada, extrañamente aún falta pavimentar solo un tramo de 3.5 kilómetros justo antes de llegar a La Esperanza.
Son un tercio de los 10.5 kilómetros que restaban por pavimentar en abril, en la víspera del feriado de la Semana Santa, que este año tuvo lugar del 13 al 19 de abril.
¿Pero qué es lo que causa este monumental retraso y qué impide terminar un tramo tan corto de la carretera? ¿Por qué este tramo de la carretera no se construyó al mismo tiempo que la parte de Siguatepeque a Jesús de Otoro finalizada y en uso desde hace un año?
Para Javier Samayoa, dueño de un negocio de comidas y representante de las fuerzas vivas de La Esperanza e Intibucá, hay varias teorías para este incomprensible retraso.
Para empezar, él como muchos en Intibucá creen que por ser año político están retrasando la obra para terminarla en fechas más cercanas a las elecciones generales, que se celebran en Honduras el 30 de noviembre.
No obstante, en torno al proyecto hay mucha opacidad porque el tramo faltante fue licitado nuevamente, y será otra empresa la que lo terminará.
Se supo extraoficialmente que Sermaco (que hizo la parte de Siguatepeque a Otoro) será la empresa que se instalará luego del feriado para terminar los 3.5 km pendientes y las obras complementarias que faltan.
Ellos estarían esperando la entrega del anticipo para comenzar.De acuerdo con Samayoa, que lidera el movimiento de pobladores, ha reparado en tres ocasiones el tramo sin pavimentar con fondos de la misma población, es probable que no logren finalizar la obra antes de los comicios.
Además, se desconoce por qué la empresa Prodecón no terminó el proyecto y se llevó todo el personal y la maquinaria. Luego de Semana Santa, el ministro Octavio Pineda aseguró en un encuentro con líderes locales que la carretera estaría terminada en mayo, lista para el Festival del Choro y el Vino, y se incumplió.
Los esperanzanos llevan años soñando con su nueva carretera. Ahora, casi toda está lista, salvo el único tramo de la cuesta de ascenso para llegar a la laguna Madre Vieja.
Casi toda la Ruta Lenca está en buenas condiciones
Si su plan este feriado es ir a esa región conocida como la Ruta Lenca, la vía está casi óptima. Lo mismo sucede con gran parte del tramo entre La Esperanza y San Juan, Intibucá.
En la actualidad se realizan trabajos de mantenimiento y bacheo hasta el municipio de San Miguelito, por donde avanzan a la fecha los trabajos.
Hay alrededor de 17 kilómetros con baches antes de llegar a la carretera de la Ruta Lenca. Tras una larga espera, este corredor tiene en mejor estado gran parte de su red vial.
La carretera de Gracias a La Campa está finalizada y ahora se llega a este hermoso pueblo en unos 15 minutos. Esta vía es nueva y de concreto hidráulico, finalizada al 100%.
Si viaja de Gracias a Santa Rosa vaya con precaución. La carretera tiene muchos baches que pueden ser un riesgo si excede los límites de velocidad. Hay baches en todo el recorrido.