14/12/2025
12:24 AM

La imagen del Buen Pastor

Una de las más antiguas y bellas imágenes de Dios en La Biblia es la de un pastor y esta lectura fue el evangelio de este domingo anterior. Todos conocemos el Salmo 23 y sus palabras tan reconfortantes: 'El Señor es mi pastor, nada me falta / En verdes praderas me hace recostar / Y a donde brota agua fresca me conduce'.

    Una de las más antiguas y bellas imágenes de Dios en La Biblia es la de un pastor y esta lectura fue el evangelio de este domingo anterior. Todos conocemos el Salmo 23 y sus palabras tan reconfortantes: 'El Señor es mi pastor, nada me falta / En verdes praderas me hace recostar / Y a donde brota agua fresca me conduce'.

    Dios es el Buen Pastor, el pastor que ama y se preocupa por el rebaño. Desde los tiempos antiguos y su experiencia del Éxodo, el pueblo de Dios ha experimentado este amor cercano y protector del Dios-Pastor, el Dios que escucha, libera y conduce a su pueblo a una tierra nueva que mana leche, miel, pasto verde y agua fresca.

    ¿Hasta cuándo habrá padres y madres de familia que abandonan a sus hijos en busca de sus propios intereses egoístas? ¿Hasta cuándo habrá obispos y sacerdotes que se aprovechan de la vulnerabilidad y de la fe sencilla de los que supuestamente deberían estar sirviendo?

    ¿Hasta cuándo habrá líderes políticos que se dedican a robar, matar y acumular poder en vez de trabajar por el bien común?

    ¿Hasta cuándo habrá coyotes y oficiales de la migración que persiguen, muchas veces hasta la muerte, a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes?

    ¿Hasta cuando habrá médicos que han dejado atrás su vocación de servicio al más necesitado, convirtiéndola en un negocio sucio? ¿Hasta cuándo habrá maestras y profesores que convierten sus salones de clase en pequeños imperios de poder donde ellos mismos juegan el papel de cobradores de impuestos? ¿Hasta cuándo, Señor?

    Gracias a Dios, hay algunas personas en nuestra propia historia que han tenido la valentía de denunciar a los pastores injustos y nos han enseñado qué significa ser buen pastor. Nuestro mundo, nuestras familias, nuestra Iglesia necesitan hoy de pastores fieles, y eso no es algo sólo para los líderes políticos, los sacerdotes y los obispos. Todos somos pastores de alguna u otra forma. ¿Cómo me porto con mis hijos e hijas? ¿Como lobo feroz o como buen pastor? ¿Cuál es mi actitud ante los trabajadores bajo mi mando? ¿Soy patrón de mano dura o los escucho y les atiendo con cariño, justicia y compasión?

    El Buen Pastor no separa ni divide, sino que une y sana las rupturas. No quita la vida, sino que la da, y esto lo hace por medio de la entrega total de su propia existencia. (Sermón del padre B. Pierce)