11/09/2024
12:25 AM

El as bajo la manga

Lecciones para ser campeón en la religión de la garra catracha: el fútbol. Uno, juegue con once jugadores; con cuatro árbitros, a discreción, bien 'mojados' para que no dejen pasar ni las moscas a los contrarios...

    Lecciones para ser campeón en la religión de la garra catracha: el fútbol.

    Uno, juegue con once jugadores; con cuatro árbitros, a discreción, bien 'mojados' para que no dejen pasar ni las moscas a los contrarios; miren faltas donde no hay y saquen tarjetas en cantidades industriales. Nota: deben hacer la patarata de no dejarse mangonear por lobos, guerreros, pescados, enanos, mumas, pumas y espumas y toda esa retahíla zoológica del patadón.

    Dos, compre por partida, en patacho o a granel el paquete de pateadores extranjeros. Salpimiéntelos con alguno que otro charrúa, che o brasileño y, de perdido, edulcórelo con niches playeros, mestizos catrecos o indios culoazul de los de acá.

    Tres, contrate teatreros para que se tiren al suelo desde la media cancha y que caigan despatarrados, en estado de coma, revolcándose del 'dolor' dentro del área, mientras le sacan la roja a los contrarios del mejor equipo del mundo y sus alrededores, ¿cuál, lo duda?, el suyo, primo.

    Cuatro, tarife una bien 'aceitada' cadena de radioemisoras, un tropel de televisoras, un cerro de cablebisnes, una camionada de periódicos y un batallón de señorones y señoronas de la tele y del micrófono que sean, cual los ayudantes de Mel, lambiscones hasta la náusea de la mejor oncena de la galaxia.

    Cinco, alquile un pastor que rasgue túnica e invoque, rece y sane de arrimos, sequías y otros malevajes de jugadores de bolas y limpie de vibras a sus muchachos, especialmente, las patadas y cabezazos de cristianos matadores para que no fallen tiro al marco, del billete.

    Seis, alquile poetas pornos, mejor si son gauchos, para que le hagan las chuecas, himnos chuscos, ripios mal rimados y cantos de guerra al equipo de sus amores.

    Siete, sal del deporte rey: la barra. Organice: megaburros, megalocos, megamajes, ultrapencos y ultrafieles que griten, maten y se maten y brinquen como zulúes, ¡claro!, por el equipo tetra, teta, multi y súper campeón.

    Ocho, alquile un entrenador que, más que técnico, sea maestro de plañideras en el pierde y pascua en el gane de esas potras del proyecto autogol, ¡ah!, mismo que en cada derrota le eche la culpa a los famélicos fuerceros de su equipo que no siguen, como siempre, sus instrucciones.

    Nueve: aliste lágrima, confeti y camisola para levantar, por enésima vez, la campeona copa.|