Además de ser nuevamente reprobados en lo referente al control de la corrupción, también no se ha podido superar otras temáticas puntuales incluidas en la Cuenta del Milenio, iniciativa global fundada y promovida por los Estados Unidos a partir de 2004 con el propósito de mejorar la educación y salud en las naciones más pobres, como es el caso de Honduras.
Acceso a la información, efectividad del Gobierno, imperio de la ley, inversión en educación, tasa de vacunación, acceso al crédito, tasa de finalización de la educación secundaria en niñas, igualmente acusan un déficit. Nuestros Gobiernos tienden a la secretividad, restringiendo el libre acceso ciudadano a la información, bajo diversos pretextos, justificando tal actitud como si de tratara de secretos de Estado, con el fin de no rendir cuentas transparentes en la manera en que se administran fondos públicos. El actual régimen continúa implementando tales restricciones, dando continuidad a las malas prácticas en la gestión estatal. Cuando se solicitan en materia económica, cifras relativas al servicio de deuda externa e interna, contratos y desembolsos, montos, informes anuales de ejecución presupuestaria por institución, las cifras que brindan las instituciones públicas son muy generales, carentes de un desglose que satisfaga la necesidad de información requerida. Cuando se cuestionan las compras directas en vez de someterlas a licitación pública se esgrimen diversos pretextos, con ello perdiendo el Gobierno credibilidad y confianza entre la población.
Existe un serio y evidente rezago respecto a la efectividad y eficiencia gubernamental, dado que se nombra personal no con base en competencia, experiencia y honestidad, se recluta con base en incondicionalismo. La aplicación de las leyes y la justicia posee carácter selectivo, de acuerdo con conveniencias e intereses partidarios y personales; por ejemplo, al aprobarse amnistías para hechos no políticos. El gasto en educación resulta insuficiente, sin lograr la cobertura en los distintos niveles, mejorando la infraestructura y fortalecimiento de los sistemas educativos, tampoco la mejora en la calidad del proceso enseñanza-aprendizaje; las metas y objetivos propuestos no se materializan.
El sistema sanitario está colapsado, por insuficiente número de personal profesional y auxiliar, escasez de insumos, falta de cobertura en zonas donde no hay acceso a un centro de salud y una deficiente administración en los más altos niveles oficiales, reflejados en la incapacidad de controlar epidemias como el dengue. La mortalidad infantil es la más alta en Centroamérica. El acceso al crédito para los sectores productivos, particularmente agropecuarios, por parte de pequeños y medianos propietarios está muy limitado. En síntesis, queda un largo camino para cumplir la totalidad de las metas requeridas por la Cuenta del Milenio, con ello perdemos la oportunidad de dinamizar y democratizar nuestro desarrollo socioeconómico.