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El petróleo

  • Actualizado: 20 noviembre 2015 /

    San Pedro Sula, Honduras

    Con las noticias sobre el mercado petrolero sobra quien baile de alegría y abundan quienes añoren épocas de bonanzas que, generalmente, no fueron aprovechadas como si las altas cotizaciones por la creciente demanda fuese eterna e, incluso, hubiese que recurrir urgentemente a otras fuentes de energía porque la petrolera no podría atender el consumo. Las previsiones fallaron y el desplome supera los cálculos al caer el barril de crudo de los países de la Opep por debajo de los 40 dólares.

    La misma ruta van siguiendo el Petróleo Intermedio Texas, referente en Estados Unidos, y el Brent, en Europa, con cotizaciones todavía rondando los 40 dólares. Las causas, la abundante oferta, con el petróleo de esquito, exportaciones libias y el inminente ingreso de la producción iraní. La otra cara de la moneda es la reducción en la demanda por la situación de las economía en China, gran consumidor-comprador hace unos años, y la fortaleza del dólar con incidencia negativa en las compras.

    Así el panorama, algunos productores se aferran a la ilusión e hipotética tabla de salvación de un acuerdo para impulsar los precios con menos exportaciones y así recuperar ingresos que ayuden a reducir el desequilibrio fiscal. Los consumidores como Honduras, cuya factura petrolera se ha bajado un 36.2%, unos $516.8 millones, aplauden, aunque factores colaterales a esta situación, como puede ser la contracción económica en otros países, afecte el nivel de nuestras exportaciones y las remesas familiares.

    Los acontecimientos en Francia y la intensificación de los ataques contra los núcleos terroristas en Oriente Próximo no tienen incidencia significativa en las variaciones del mercado, pues otras situaciones, como la primavera árabe, o el embargo de la producción iraní, tampoco empujaron al alza las cotizaciones. Cada productor busca consolidar su cuota del mercado mundial y ocupar puestos dejados por otros, de manera que ni aunque descienda a 20 dólares el barril se cerrará la llave, tal como lo sañalan con grandes productores de la Opep.

    Muy difícil desentrañar el futuro y apostar por el fin de la caída. En lo que sí hay consenso es que la recuperación no llegará ni a mediano plazo. Lo que para los importadores del crudo y sus derivados es un inmenso alivio, para los productores, para quienes colocaron todos los huevos en una canasta y vivieron el derroche de los millones del oro negro, la situación es asfixiante, solo mitigada con el oxígeno de multimillonarios préstamos y una lacerante austeridad de la que solo escapan las élites políticas.