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Alianza sostenible

  • 05 mayo 2016 /

    La continuidad, en tiempos en que los cambios son obligados y están marcados como compromisos de Estado, de país o del pueblo, es la clave para alcanzar las metas; es decir, el éxito, pues el fracaso está señalado muy frecuentemente en lo que se inicia, con gran alboroto, y se olvida en algún archivo. Sobran los ejemplos en nuestro país, en las relaciones bilaterales y en los compromisos multilaterales.

    La temporada electoral en la Unión Americana es un período en el que la política interna marca el paso de la política exterior al ritmo del electorado y de los asesores de campaña. Por lo tanto, todo queda colgado a la espera de lo que llegue después: seguimiento, con ligeras variaciones entre demócratas y republicanos, o el huracán populista y patriotero, presente en las primarias republicanas y con mayor fuerza para los meses cercanos a noviembre.

    Por ello, el alcance de la reunión del vicepresidente Joseph Biden y los Presidentes centroamericanos del Triángulo Norte en Washington, en la que participó también sorpresivamente el presidente Barack Obama, rebasa los cálculos protocolarios o la coyuntura electoral. Es el momento de volver a ver, analizar y apuntalar el futuro del Plan Alianza para la Prosperidad, cuyo éxito depende de su seguimiento y sostenibilidad.

    La complejidad de la situación centroamericana exige no algo, sino mucho más que una vacuna financiera, puesto que la situación deriva hacia el desplazamiento, el éxodo masivo hacia el norte por la violencia, el desempleo, la corrupción, la desintegración familiar y las escasas oportunidades para los jóvenes.

    El plan regional, elaborado con base en las estrategias del Gobierno para cuatro años, tiene el respaldo del Gobierno de Washington no solo como aliado de la región, sino como parte interesada en el desarrollo del istmo centroamericano, en la paz regional y en la fortaleza de las instituciones para evitar la masiva emigración hacia el norte que puede repetir la crisis del sistema migratorio norteamericano como hace dos años.

    Para la sostenibilidad de la Alianza para la Prosperidad, el Gobierno norteamericano y los Presidentes del Triángulo Norte acordaron alinear esfuerzos a fin de garantizar que esta iniciativa tenga continuidad para obtener los resultados que los pueblos de Centroamérica y los Estados Unidos esperan una región próspera, en paz y con oportunidades, señaló el presidente Juan Orlando Hernández.

    Sostenibilidad y continuidad, las claves del éxito.