Un legado para los niños

En esta época convulsa en que las pantallas electrónicas acaparan gran parte del tiempo libre de los niños, es imperativo reconocer el impacto

  • Actualizado: 04 de agosto de 2025 a las 23:44 -

En esta época convulsa en que las pantallas electrónicas acaparan gran parte del tiempo libre de los niños, es imperativo reconocer el impacto transformador que tiene la literatura en sus vidas fuera y dentro del boom tecnológico.

Quizá pensando en ello fue que el escritor hondureño Eduardo Bähr dedicó una buena porción de su obra literaria al entretenimiento de los más pequeños mediante cuentos fabulosos que alimentan la mente, el corazón y el alma infantil.

Entre ellos está “Mazapán” en el que los protagonistas son niños que conviven con los animales y las plantas. En el cuento todo lo que sucede en su mundo sale de la imaginación.

Tienen una tortuga pequeña, un loro antipoético, una araña clásica, un perro con una mancha negra en un ojo, y un arbolito de mazapán. Todos tenían nombres menos el arbolito de mazapán. La aventura comienza cuando Fernando, uno de los niños quien habla con las plantas, ve que el arbolito de mazapán está triste.

Poco después el arbolito se marcha dejando a los pequeños en silencio, cavilando sobre cuál fue la causa para que Mazapán desapareciera. Fueron a buscarle, pero no lo encontraron si no hasta el día siguiente en que apareció cansado y con las hojas rotas. Aunque los niños le preguntaron por qué se había ido, el arbolito nunca llegó a decir las razones.

En la mayoría de los cuentos de Eduardo Bähr predomina el brillo de los campos de maíz, el colorido de las colinas o el aletear de los pájaros. “Aporta una visión colorista y viva de la naturaleza a través de adjetivos y términos que describen la música, el color y el movimiento de un paisaje creado o idealizado por él”. Así escribe la literata española Isabel Díez Ménguez en el último número de la Revista de la Academia Hondureña de la Lengua.

Para estar a tono con la tecnología, en 2022 Eduardo Bähr, junto con su hijo Sergio, ideó un audiolibro con el título de “El pulso del mar” basado en los recuerdos entrañables que el escritor guardaba del océano en Tela, su puerto natal en donde, de niño, sostenía amenas pláticas con ese “amigo” azulado. El audiolibro incluye tres cuentos de Bähr publicados con anterioridad: “Mazapán”, “El niño de la montaña de la Flor” y “El diablillo Achís”.

El propósito de la producción digital fue acercar la lectura a todos los niños, pero especialmente a los no videntes. Decía Bähr que fue una idea de su hijo Sergio quien de inmediato se la comunicó a él y, como ambos se complementaban muy bien, el padre escogió y ordenó los cuentos.

Su anhelo era que los niños tuvieran un acercamiento a la imaginación, y tal vez alguno de ellos quisiera escribir, en el sistema Braille, el cuento de su predilección.

En memoria del escritor, que ayer cumplió dos años de fallecido, cabe recordar que alentar a los niños a explorar libros no solo les abre puertas a nuevos mundos, sino que también siembra la semilla para un futuro lleno de conocimientos relacionados, muchos, con la realidad de su país.

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