22/01/2025
08:13 AM

¿Se enoja usted con frecuencia?

Emilio Santamaría

El doctor Walter H. Irwing, un renombrado veterinario, relata el experimento realizado en su laboratorio.

“Cuando un perro hambriento huele carne, como reflejo natural segrega jugo gástrico. Es el cerebro, alertado por el olfato, el que prepara al estómago para recibirla. Medimos entonces esa secreción natural bajo estado de ira. Pusimos frente a un perro, un gato. El perro se enfureció, deliberadamente llevamos su enojo al máximo.

Inmediatamente se le dejó comer por cinco minutos. Y aunque el animal estaba muy hambriento y comía con ganas, no hubo ninguna secreción. El furor había paralizado el jugo gástrico, produciéndole una indigestión”.

Tal vez ahí está la explicación de las malas digestiones que hemos sufrido algunas veces. Y hasta explicará también cómo el mantener enojos continuos se refleja en nuestro rostro, endureciéndolo.

Lastenia Smart de Lobo, quien fue coordinadora general de los Cursos Dale Carnegie, tenía en su oficina en Tegucigalpa, una frase muy especial: “Se puede medir el valor de una persona, por el tamaño de las cosas que le irritan”.

Quizá debería recordarlo la próxima vez que tienda a enojarse por algo, y preguntarse ¿vale realmente la pena? Pudiera ser que esta sencilla pregunta le ayude a conservar su salud. Y a llevarse mejor con los demás, porque ¿quién se siente a gusto con alguien que está a menudo enojado? Si usted busca en el libro de Proverbios, en la Biblia, encontrará un hermoso compendio sobre el enojo y sus consecuencias. Pero quiero advertirle que también está escrito en las paredes de su estómago y en el ritmo de su corazón, en el funcionamiento de su hígado y en la expresión de su rostro.

Cuentan que una gentil dama hindú, atendía a unos visitantes extranjeros con la característica finura y gracia de la mujer culta de su raza. Uno de los visitantes, impresionado con su personalidad exclamó: ¡Cuánta belleza hay en usted! La dama, muy suavemente, contestó: ¿Por qué no? Tengo setenta y dos años. Ella había captado el secreto. ¿Lo captaremos usted y yo también?

LO NEGATIVO: Enojarnos con frecuencia, afectando así nuestra salud, presentación, y felicidad.

LO POSITIVO: Recordar el alto precio que tenemos que pagar por enojarnos con frecuencia.