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Leer, leer, leer

  • 01 junio 2022 /

“Maestro, deme tres consejos para ser sabio como usted”, preguntó un discípulo a Demóstenes, su educador, el sabio orador de la Antigua Grecia. El maestro le respondió: “Muy fácil. La primera, leer; la segunda, leer; la tercera, leer”. Durante mi ejercicio docente en la cátedra de Anatomía del Sistema Nervioso en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAH en base al material leído sobre la estructura y funcionamiento del cerebro, confirmé que la lectura es el auténtico instrumento válido para el crecimiento mental y de la conciencia. No existen ni grageas, ni inyectables, ni jarabes capaces de hacernos aprender más.

Recuerdo todo esto con motivo de la visita que realicé a tres de las bibliotecas Blue Lupin de las instaladas en casi treinta comunidades en el departamento de Lempira, con el patrocinio de un donante canadiense, a través de Plan Honduras y la inspiración de sus empleados, especialmente la del poeta Salvador Madrid. Dos de las bibliotecas visitadas, una en Flores y la otra en Lepaera, fueron construidas específicamente para esa función con una arquitectura fascinante. El benefactor quiso que las bibliotecas, en vez de llevar cada una un nombre de personajes del entorno, se llamaran Blue Lupin, una flor azul que esparce sus semillas y se reproduce maravillosamente. Él quería que estos centros de lectura y de encuentro con un mundo maravilloso en donde convive la fantasía, el aporte de conocimientos y, como consecuencia inevitable, la madurez de la mente, se irradiaran a toda la comunidad. La otra biblioteca que visité está en la escuela Antonio Ramón Vallejo en la comunidad de Arcamón: ahí los niños y niñas, maestros y padres hablaron con gran entusiasmo de la nueva visión que les ha proporcionado la lectura.

Los chicos, porque se trata, y no lo había dicho, de bibliotecas infantiles, han descubierto en esos espacios abarrotados de libros el sitio ideal para el solaz y la aventura mental. Sobre todo porque, desde la arquitectura y la metodología de funcionamiento, los chicos y chicas, apasionados como por sortilegio a los libros y a la lectura, han construido en los ámbito escolar, comunitario y hogareño una nueva realidad innovadora que ha contagiado a padres de familia, hermanos y parientes que nunca antes habían tenido acceso a un libro o que los repudiaban, a autoridades locales.

Han abierto los niños y niñas una nueva perspectiva para su vida que no puede quedar truncada. Es por eso que la Secretaría de Educación debe prepararse para responder, adecuadamente, a las aspiraciones que en estos chicos ha despertado la lectura, de ir desde las aulas rurales a las aulas universitarias y a universalizar este experimento fascinante.