El entorno empresarial actual es cada vez más dinámico y competitivo, donde los profesionales requieren desarrollar habilidades que les permita comprender las necesidades del mercado, adaptarse a los cambios y anticiparse a las principales tendencias, ofreciendo productos o servicios al mercado.
Una de las frases célebres del escritor y empresario norteamericano Dale Carnegie, muestra que “Que las palabras siempre serán las monedas del éxito”.
Lo cierto es que hay empresas que tienen productos o servicios de excelente calidad, pero no lo saben vender, y en cambio hay otros que no son tan buenos pero que sus ejecutivos han desarrollado habilidades comerciales y de ventas, que logran resultados exitosos.
En el libro “Creando Empresas de Valor”, describo por qué las habilidades de una persona que quiera dedicarse a los negocios se constituyen en el primer pilar en la creación de empresas y condicionan el éxito de un proyecto emprendedor. Es decir que, tener aptitudes, condiciones, dones, destrezas o capacidades permite a las personas lograr los objetivos y metas propuestas.
Como parte de esas habilidades personales o fundamentos individuales para los profesionales hoy en día, están las habilidades comerciales o de ventas. Si lo que se busca es iniciar una actividad empresarial y crear un negocio, hay que reconocer que para que todo funcione y se pongan en marcha la empresa, la parte comercial es crucial y es allí donde los gerentes, dueños y emprendedores en general deben de poner atención y desarrollar esta capacidad.
El gurú experto de la neurociencia y de la conducta humana Jurgen Klaric, menciona que “todas las personas somos vendedores en algún momento de la vida y que en la época actual hay de venderle a la mente de los consumidores”
En otra perspectiva, no solo las empresas venden o comercializan sus productos y servicios, también como personas de manera individual los profesionales ofrecen sus servicios a los empleadores quienes los contratan en base a sus habilidades y méritos.
Entonces, si en cualquier momento de la vida tendremos que vender o comercializar algo, es importante y fundamental que desarrollemos las habilidades comerciales y de ventas, ya sea que seamos los dueños o emprendedores en una empresa, o que seamos nuestra propia empresa en función de los servicios que podemos ofrecer.
Un aspecto importante para tomar en consideración en el desarrollo de estas habilidades comerciales es que nunca debemos de perder de vista la calidad de los productos o servicios que vendamos, es decir que no caigamos en el error de promocionar con engaños, o de comercializar y vender productos que dañen a los consumidores y clientes.
Las sagradas escrituras La Biblia, nos muestra en Levítico 25:14, como parte de los mandatos que recibió el pueblo de Dios, a que “Si vendes algo a vuestro prójimo, o compras algo de la mano de vuestro prójimo, no os hagáis mal uno a otro”.
Al revisar este mensaje, podemos tener la claridad de que las habilidades comerciales y de ventas, pueden ser aprovechadas por nosotros mismos en todas las facetas de la vida, ya sea que tengamos una empresa, que estemos iniciando un negocio o que seamos nuestra propia empresa al vender los servicios a empleadores. Pero, la verdadera ventaja o bendición verdadera la tendremos siempre y cuando hagamos el bien, ofreciendo productos o servicios de calidad a nuestros clientes y a la comunidad en general.
Podemos hacernos las preguntas:
¿Qué debo hacer para desarrollar las habilidades comerciales y de ventas?
¿Como profesional, como ofrezco o vendo mejor mis servicios?
Al vender productos u ofrecer nuestros servicios profesionales, ponemos en práctica el valor fundamental de respetar a los demás y a nuestro entorno, brindando productos y servicios de calidad, sin engaños ni trampas, y sobre todo sin dañar al ser humano, su salud o dignidad.
En conclusión, si los gerentes, dueños de negocios, emprendedores y profesionales en general desarrollan habilidades comerciales y de ventas, tienen grandes posibilidades de generar impactos positivos en la imagen, prestigio y rentabilidad; también permite la sostenibilidad a largo plazo de sus productos o servicios, para el bienestar de la empresa, su familia y del país.
Recuerda: “Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela” – Salmos 34:14
Salud y éxitos en la vida.