“Cuando menos lo esperamos, la vida nos pone un desafío para probar nuestro coraje y voluntad de cambio”. Paulo Coelho.
Todos estamos siendo llevados a grandes desafíos; indudablemente esta pandemia nos viene a confirmar de qué estamos hechos; la madurez se refleja no en la edad sino en la capacidad de mantener el equilibrio, perspectiva y la paz interna en medio de la crisis.
Si pensamos que se está experimentando una condición permanente puede afectar nuestra vida interior y uno de los sentimientos que logran manifestarse es el temor; el temor nos impide avanzar y conseguir nuestros objetivos y poder cumplir los sueños.
Pero si usted quiere crear primero debe creer que los sueños se van a cumplir; es hora de pensar, crear y creer para que los sueños se cumplan, no podemos dejarlos en las manos del destino. Es primordial que podamos impulsar el crecimiento personal, el nuevo sistema de trabajo en equipo, toma de decisiones con prioridades, esto facilita el desarrollo y todos adquirimos una fuente de valor en lugar de ser una fuente de incomodidad.
Los retos no enseñan a dar una respuesta madura para los tiempos de incertidumbre; solo aquellos que han llegado a una etapa de su vida de marcar y dejar huella saben lo que significa establecer un fundamento firme usando los ladrillos que otras personas le arrojan. Todos tenemos un reto; pero mayor es la constante que nos permite crecer y madurar declarando lo que el apóstol Pablo escribió: “Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”. Romanos 8:37-39.
