La historia de esta humanidad está repleta de historias y ejemplos de vida grandiosos. Personas comunes que vencieron las peores adversidades, salieron adelante y alcanzaron sus metas.
No me refiero a volverse millonarios o ser famosos, sino dentro de su realidad vencer los obstáculos, caerse y levantarse hasta alcanzar el propio concepto de éxito.
Los jóvenes de hoy deben tener claro que somos seres espirituales, aunque no estemos conscientes de ello, y que la divinidad siempre nos llevará en la búsqueda de la excelencia. Pero como que las distracciones son muchas y se pierde el deseo innato de intentar ser lo que deseamos ser. No se esfuerzan y viven a medias.
Entonces, joven de hoy, ¿qué tanto te exiges a nivel personal?, ¿cuanto tiempo y esfuerzo físico o mental estás dispuesto a invertir en tu proyecto personal?, ¿o estás repleto de autoconmiseración y victimismo? Porque la consecución de todo lo que deseas está en relación con tiempo y esfuerzo, pero estos dos factores dependen de la actitud, la tenacidad, la perseverancia, la disciplina que poseas. Los débiles de carácter no saldrán nunca del lugar donde se encuentran, seguirán procrastinando las decisiones primordiales, se sentarán en su sillón favorito con el celular en sus manos, perdiendo el valioso tiempo viendo las vidas y éxitos de otros como si fueran propios, ya que es más fácil que intentarlo. Ese es el gran engaño de estos nuevos tiempos. Vidas de fantasía. Querer todo por nada.
“Ser realmente rico no significa estar satisfecho o contento con poco. El éxito en la vida está en volverse lo que usted quiere ser” (Wallace Wattles, 1910).
El éxito además no se mide en términos de bienes materiales, sino en la cantidad de paz personal, tranquilidad mental, satisfacción propia y estabilidad emocional que disfrutas. La mente siempre te exigirá lo material; tu espíritu, lo excelso. Asegúrate de que al final de tu vida productiva tengas algún grado de libertad financiera y bastante de lo segundo.
Pero si tu aspiración es la riqueza material y no tienes quien te la herede, mejor pon ese cuerpo a trabajar ya. Levántate de esa cama y exígete más, deja de consentirte.
Y pon atención a esto: “La definición de riqueza es el número de días que usted puede sobrevivir sin trabajar (o sin que nadie más en su hogar trabaje) mientras mantiene su mismo nivel de vida” (Robert Kiyosaki).
Espabílate, el tiempo corre.