¿Compartiendo nuestro planeta?

Tanto las hormigas como las abejas tienen su propia esencia y su propia historia, y nos ofrecen un espejo para reflexionar sobre nuestras acciones.

Hay seres pequeños con los que compartimos este planeta en que vivimos, que, si observamos bien, podremos literalmente aprender de ellos e incluso cambiar nuestros comportamientos. ¿Quiere un ejemplo? Pues permítame darle dos. Empecemos por las hormigas, esas que perseguimos y no nos gustan en nuestro jardín, ni siquiera en nuestra casa. Sin embargo, estas criaturas de diversas clases y tamaños son fascinantes. En una colonia, cada hormiga tiene un rol específico que contribuye al bienestar de toda su comunidad. Los expertos nos dicen que hay obreras que recolectan alimentos, soldados que protegen la colonia y otras que aseguran la reproducción, Juntas forman una sociedad eficiente y armoniosa. Nos dicen esos expertos que han observado tan a fondo las hormigas, que los humanos podemos aprender de ellas sobre la importancia de la cooperación, la dedicación y el espíritu de servicio personal por el bien común. También podemos aprender de su perseverancia. Una hormiga no se da por vencida, enfrentada a obstáculos aparentemente imposibles, busca alternativas en lugar de rendirse.

¿Y el segundo ejemplo? ¿Qué sabemos de las abejas además de que producen la rica miel? Pues se han estudiado muy a fondo. Por ejemplo, que tienen una función vital en los ecosistemas al polinizar las plantas, asegurando la supervivencia de muchas especies vegetales. Además, las abejas viven en una sociedad altamente organizada y colaborativa, donde cada miembro contribuye al beneficio de la comunidad. ¿Nos podrán motivar para ser responsables por acciones que causen impacto contra nosotros mismos? Por ejemplo, todos esos plásticos que usamos tan profusa como irresponsablemente. Además, los científicos nos dicen lo mucho que dependemos de las abejas, y aseguran que su extinción sería catastrófica para la raza humana.

Tanto las hormigas como las abejas tienen su propia esencia y su propia historia, y nos ofrecen un espejo para reflexionar sobre nuestras acciones y el impacto que causamos con nuestras conductas en el medio en que vivimos.

LO NEGATIVO: Ver estos pequeños seres con indiferencia y hasta deseo de extinguirlos.

LO POSITIVO: Saber que compartimos este planeta con ellas. Y lo que nos enseñan.

las columnas de LP

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias