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¿Celulares en el aula de clases?

  • Actualizado: 13 abril 2016 /

“Los estudiantes que no usaban el celular obtenían entre 10 a 17% mejor calificación en un examen de selección múltiple que aquellos que escribían textos en su celular durante la clase”.

Recientemente encontré un mensaje provocativo: No cell phone use in this classroom. Decidí compartirlo en Facebook preguntando si estaban “De acuerdo” o “en desacuerdo” con el mensaje. Las respuestas se agruparon en dos direcciones que usted puede imaginar. En ambos bandos se escribieron interesantes y sólidos argumentos.

Pero, ¿está usted de acuerdo en que los alumnos -en la escuela, el colegio o la universidad- lleven el celular al aula?, ¿es preferible que su uso se prohíba? o ¿la escuela -con sus maestros y autoridades- tienen que cambiar y ponerse a tono con la revolución digital?

Muchos profesores se sienten frustrados cuando, al presentar la charla magistral en su clase, los alumnos no les escuchan y se ponen a usar su celular. Lo consideran una falta de respeto. Se desilusionan al ver a los alumnos chateando en clase, enviando tuits o escribiendo en Facebook. Es difícil competir con un buen video de Youtube o las últimas canciones que suenan en Spotify.

Los maestros consideran que en el aula se vive el momento para la transmisión del conocimiento y los alumnos deben estar concentrados escuchándolos y tomando buenas notas. Después de todo, nosotros, los adultos de hoy, así aprendimos y somos su mejor ejemplo.

Los estudiantes no son buenos al momentos de realizar tareas múltiples de manera simultánea. Si en clase envían un tuit entonces no toman buenas notas, pierden concentración y retienen menos información. Esto está científicamente comprobado.

En un estudio reciente se comprobó que los estudiantes que no usaban el celular obtenían entre 10 y 17 % mejor calificación en un examen de selección múltiple que aquellos que escribían textos en su celular durante la clase. Si la clase se basa en una charla magistral, usar el celular no ayuda al aprendizaje, les distrae y distrae al compañero.

Desde la perspectiva de algunos estudiantes, el uso del celular en clase no tiene efectos negativos. Muchos alumnos se vuelven indiferentes porque su profesor usa la clase tradicional, ignorando que vivimos en la era digital.

En el mejor de los casos, sus profesores usan la tecnología para saturarles la cabeza con presentaciones en Power Point o se convierten en profesores “Wikipedia”. Las plataformas virtuales, cuando se usan, sirven para bajar y subir tareas.

Hay en favor del argumento de los estudiantes y de la nueva generación de docentes un punto importante. El celular de hace 5 años es muy diferente al celular de hoy en día. Centenares de excelentes aplicaciones (Apps) para usar el celular en tareas educativas aparecen todos los días. En educación, el teléfono inteligente es la nave natural para la ubicuidad. Además, la población que tiene acceso a un teléfono inteligente y al Internet está aumentando exponencialmente en todo el mundo.

En el 2011 en USA, 52% tenía un teléfono inteligente; en el 2015 la cifra era de 86%. En el caso de nuestros estudiantes universitarios los cambios se están dando a un ritmo similar.

El debate permanece abierto. Los cambios en la tecnología celular son impresionantes y es posible que los educadores en el mundo no nos estamos moviendo al ritmo apropiado. En lo personal no tengo ninguna duda, se trata de evolucionar (quizás a lo darwiniano): Si no te adaptas, piensas críticamente e innovas: ¡te mueres!

*Doctor en física y académico