Vivimos en un planeta candente. No hay momento o un lugar de sosiego. El humano ya no puede vivir en paz y armonía. La convivencia ha sido sustituida por la confrontación. Donde quiera que busques noticias, en Internet, televisión, radio, periódicos, la avalancha de malas noticias es abrumadora. Y si abres tus páginas sociales es peor, allí no hay censura. Todo gira alrededor de una palabra: violencia. ¿Qué ha condicionado que ahora seamos mas conflictivos?
Violencia no solo es el acto en sí mismo. Muchas conductas que forman parte de la personalidad derivan en antagonismo y ausencia de bondad.
Deseo de figurar, vivir para las apariencias, la envidia, el egoísmo, la calumnia. Eso eleva las vibraciones negativas en el planeta y lo hace más volátil.
El Índice de Paz Global es un indicador que mide el nivel de paz de un país o región. La primera vez que se publicó fue en mayo de 2007 afirmando ser el primer estudio en establecer una clasificación de los países en función de la ausencia de violencia. Indicadores de violencia también lo constituyen la desigualdad social, los desplazados, la violencia intrafamiliar. La clasificación incluye 163 países, siendo el nuestro de los peor calificados, en la posición 123. Paz como ausencia de violencia. ¿No se podrá medir la paz por sí misma sin compararse con la violencia?
Cuando fuimos creados se nos dio albedrío, (decir libre albedrío es un pleonasmo), es decir, poder ir donde quisiéramos con nuestra conciencia o nuestras creencias. Ser tan buenos o tan malos como quisiéramos. La oscuridad se define como la ausencia de luz. Ese concepto debe ser aplicado en nuestras vidas. Somos luz o somos oscuridad.
En estos momentos, el planeta vuelve a sufrir el temor de un conflicto bélico en Europa. Todavía existen mentes arcaicas en puestos de poder que no han superado la época de la barbarie. Demasiado ego contenido en cuerpos sin alma.
Tenemos que bajarle la intensidad a la pasión y volvernos más conscientes que la violencia personal sumada colectivamente eleva el umbral de violencia del planeta. Todos tenemos que hacer un esfuerzo por volvernos más pacíficos, menos confrontativos, si queremos vivir en la paz y armonía del diseño original de la creación. Tenemos que redefinir la “naturaleza humana” y omitir entre sus características todo aquello que nos confronta. Debemos volvernos más idealistas y menos mundanos.
En nuestro país, el Congreso Nacional, es uno de los lugares más violentos.
Es un lugar oscuro.