08/12/2025
12:01 AM

Relevo generacional

Elisa Pineda

Recuerdo muy bien la primera vez que fui al teatro. Era una niña, cuando junto a una de mis tías y mi hermana mayor, fui a ver la obra Tía Mame, que tenía como protagonista a la señora Elena de Larios.

En aquel entonces, el auditorio principal del Centro Cultural Sampedrano (CCS) se llenaba de magia con cada obra del Círculo Teatral Sampedrano (CTS) que luego se trasladó a su propia sede, el Teatro José Francisco Saybe.

Quizá para muchos otros niños, no solamente de San Pedro Sula, sino de los alrededores, el teatro se haya convertido en su primer encuentro con las artes o por lo menos sea uno de los más memorables.

Además, es imposible desligar el desarrollo de las artes escénicas en la Capital Industrial del país de uno de sus grandes impulsores, el ingeniero José Francisco Saybe, quien dejó este mundo hace pocos días.

La vida de don Chico, como muchos le decían cariñosamente, es un gran legado para esta ciudad. Marcó huella no solamente en el desarrollo de su profesión, en el sector de la construcción, sino especialmente en la vida cultural.

Su partida nos lleva a pensar en la responsabilidad de las generaciones que vienen para continuar impulsando la obra que él deja.

El relevo generacional es necesario, pero ¿estamos preparados para que así sea, no solamente en el ámbito cultural, sino en otras grandes áreas de la vida nacional?

Las personas no se pueden reemplazar, no se trata de ocupar un lugar que perteneció a alguien más, sino de contar con referentes que deben existir en toda sociedad, es decir, que puedan seguir inspirando desde su propia actuación, a quienes les rodean.

Es indispensable el desarrollo de nuevos liderazgos en todos los sectores, que a través del gran ejemplo que dejan personas sobresalientes, sean capaces de dar nuevos pasos pensando en el bien común y en el desarrollo sostenible de nuestro país.

Se requiere de ciudadanos que sepan conjugar el conocimiento con la sensibilidad suficiente para encontrar oportunidades donde otros ven obstáculos, capaces de seguir adelante, aún en situaciones adversas.

Necesitamos personas que sobresalgan no solamente por sus resultados, sino también por la forma cómo los obtienen, lo que invariablemente pasa por la conducta ética.

Requerimos prestar atención necesaria a una vida basada en valores, no como sinónimo de perfección, porque nadie podría alcanzarla, sino como parte esencial de un verdadero liderazgo que permanezca a través del tiempo.

Seguramente el CTS sabrá continuar su labor, como la mejor forma de rendir homenaje a su gran presidente, pero la reflexión queda abierta para toda la sociedad: ¿tenemos relevo generacional para los grandes referentes actuales? Es momento de formar, no solamente para ser, sino para saber valorar a otras personas.

A quienes, como el ingeniero Saybe, han dejado una trayectoria prolífica nos corresponde dar gracias infinitas y honrar su memoria. Tenemos ese compromiso, como ciudadanos responsables, como sociedad que requiere progresar; por los niños y por la juventud de Honduras.