Jerusalén.
Un palestino de 26 años murió ayer en la colonia Kiriat Arba, en Cisjordania ocupada, cuando atacó a un policía israelí. El hombre, disfrazado de periodista apuñaló e hirió de gravedad a un militar antes de ser abatido, según reportó el ejército israelí. El atacante vestía como fotógrafo de prensa “lo que le permitió acercarse a los soldados” dijo un portavoz militar. Imágenes divulgadas por Internet muestran un hombre yaciendo en el suelo, con un peto amarillo y una camiseta con la inscripción press.
Ha sido uno de los incidentes del Viernes de la Revolución, convocado por grupos palestinos y en el cual participaron especialmente jóvenes.
Pero la jornada violenta comenzó la madrugada del viernes, cuando decenas de palestinos incendiaron la tumba de José, un lugar venerado por los judíos en Naplusa, norte de Cisjordania ocupada. Los palestinos lanzaron cócteles molotov contra la tumba de José, lugar de peregrinación para los judíos.
Para éstos, ahí reposa José, uno de los doce hijos de Jacob. Los palestinos afirman que ahí se encuentra la tumba de un jeque local. El sitio ha sido ya escenario de enfrentamientos en el pasado, sobre todo durante la segunda intifada (2000-2005). El incendio de la tumba puede avivar más el antagonismo entre ambas partes y darle a los enfrentamientos con los israelíes una peligrosa dimensión confesional.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, intentó rebajar tensiones y calificó el incendio de “irresponsable” y “gesto deplorable”. En el Viernes de la Revolución, cinco palestinos murieron y 98 resultaron heridos en Cisjordania y Gaza.
Los enfrentamientos coincidieron con la gran oración semanal de los musulmanes.
Tras dos semanas de violencia, que hace temer una nueva intifada, las fuerzas israelíes se preparaban para hacer frente a más disturbios.
La policía, masivamente presente, ha prohibido a los hombres de menos de 40 años el acceso a la sensible explanada de las Mezquitas, en Jerusalén.
En esa ciudad se sigue viviendo en un ambiente de tensión con las calles, parques y lugares de ocio prácticamente vacíos y la Policía y Guardia de Fronteras instalando enormes bloques de cemento y puestos de control para ralentizar o restringir el paso en las localidades del este de la ciudad, territorio palestino ocupado.
Un palestino de 26 años murió ayer en la colonia Kiriat Arba, en Cisjordania ocupada, cuando atacó a un policía israelí. El hombre, disfrazado de periodista apuñaló e hirió de gravedad a un militar antes de ser abatido, según reportó el ejército israelí. El atacante vestía como fotógrafo de prensa “lo que le permitió acercarse a los soldados” dijo un portavoz militar. Imágenes divulgadas por Internet muestran un hombre yaciendo en el suelo, con un peto amarillo y una camiseta con la inscripción press.
Ha sido uno de los incidentes del Viernes de la Revolución, convocado por grupos palestinos y en el cual participaron especialmente jóvenes.
Pero la jornada violenta comenzó la madrugada del viernes, cuando decenas de palestinos incendiaron la tumba de José, un lugar venerado por los judíos en Naplusa, norte de Cisjordania ocupada. Los palestinos lanzaron cócteles molotov contra la tumba de José, lugar de peregrinación para los judíos.
Para éstos, ahí reposa José, uno de los doce hijos de Jacob. Los palestinos afirman que ahí se encuentra la tumba de un jeque local. El sitio ha sido ya escenario de enfrentamientos en el pasado, sobre todo durante la segunda intifada (2000-2005). El incendio de la tumba puede avivar más el antagonismo entre ambas partes y darle a los enfrentamientos con los israelíes una peligrosa dimensión confesional.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, intentó rebajar tensiones y calificó el incendio de “irresponsable” y “gesto deplorable”. En el Viernes de la Revolución, cinco palestinos murieron y 98 resultaron heridos en Cisjordania y Gaza.
| Las llamas en la venerada Tumba de José.
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Tras dos semanas de violencia, que hace temer una nueva intifada, las fuerzas israelíes se preparaban para hacer frente a más disturbios.
La policía, masivamente presente, ha prohibido a los hombres de menos de 40 años el acceso a la sensible explanada de las Mezquitas, en Jerusalén.
En esa ciudad se sigue viviendo en un ambiente de tensión con las calles, parques y lugares de ocio prácticamente vacíos y la Policía y Guardia de Fronteras instalando enormes bloques de cemento y puestos de control para ralentizar o restringir el paso en las localidades del este de la ciudad, territorio palestino ocupado.