07/12/2025
12:17 PM

Salida provoca esperanza y angustia a migrantes cubanos

  • 13 enero 2016 /

Autoridades costarricences califican de éxito programa piloto que les permite seguir su viaje a EUA

Liberia, Costa Rica

La salida del primer grupo de 180 cubanos varados en Costa Rica desde noviembre despertó sentimientos encontrados de esperanza entre los que permanecen en el país centroamericano, y angustia para los que no disponen de los 555 dólares requeridos para viajar hasta el sur de México.

Los primeros emigrantes isleños que intentan llegar a Estados Unidos salieron la noche del martes en un vuelo a El Salvador, desde donde siguieron en bus a Tapachula, en el sur de México, para continuar el trayecto por su cuenta.

Tras concluir el trayecto en la frontera entre Guatemala y México, el gobierno costarricense emitió un comunicado en que califica de 'éxito absoluto' este primer viaje que fue definido por los gobiernos involucrados como 'plan piloto'.

Este resultado 'nos brinda una gran oportunidad para entablar el diálogo y la coordinación (con las autoridades de los otros países) para la salida de las personas que aún permanecen en nuestro país', señaló la directora general de Migración, Kathya Rodríguez.

El viaje hasta la localidad mexicana de Tapachula, coordinado por la Organización Internacional de Migraciones (OIM), de la ONU, tiene un costo de 555 dólares incluyendo transporte terrestre y aéreo, alimentación, impuestos y seguro médico.

'Esto es una bendición, si todo sale bien en este viaje pronto podremos salir los demás', dijo Joel González, de 34 años, administrador de un hospital en la ciudad oriental cubana de Holguín.

Alojado en un albergue de la Iglesia metodista en la ciudad costarricense de Liberia, 200 kms al noroeste de San José, González dice estar ansioso por llegar a Estados Unidos para comenzar a trabajar y mandar a buscar a su esposa e hija cuando tenga residencia.

A su lado, el coordinador del albergue, Wesnier Cuenca, quien trabajaba en un restaurante en Isla de la Juventud, se muestra preocupado por la incertidumbre sobre cuándo podría continuar su camino.

'Yo vengo con mi esposa y mi hija de tres años, y tengo cuatro hijos más en Cuba, necesito trabajar para mandarles algo', comentó Cuenca, de 47 años.

Pero su mayor consternación es la falta de alimento en el albergue, que ha sido sustentado por la Iglesia metodista y que, según él, no ha recibido ayuda del gobierno costarricense como otros albergues.

'Tenemos arroz para tres días y más nada. No sé qué vamos a comer si esto se sigue alargando', advirtió, apuntando que en el grupo hay cinco niños y dos mujeres embarazadas que no tienen leche para tomar. AFP