Moscú, Rusia
Los socorristas rescataron ayer a un bebé vivo de entre los escombros del edificio destruido por una explosión de gas que dejó al menos nueve muertos en Magnitogorsk (centro sur de Rusia) y decenas de desaparecidos.
Accidente
Una parte del edificio de una decena de pisos se derrumbó tras una explosión de gas el lunes, en Magnitogorsk, a unos 1,700 km al este de Moscú, en los montes Urales.
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“¡Se ha producido un milagro en Año Nuevo! ¡Se ha salvado a un niño de diez meses!”, celebró el ministerio ruso de Situaciones de Emergencia en un comunicado.
Se trata de un bebé que se llama Ivan Fokin, precisó el ministerio. “La madre del bebé está viva. Vino al hospital y reconoció a su hijo”, explicó.
El pequeño sobrevivió a las temperaturas que cayeron durante la noche a -27C, según TASS.
“Los socorristas escucharon a alguien llorar. El bebé se salvó por su cuna y la frazada que lo arropaba”, explicó el gobernador de la región de Cheliabinsk, Boris Dubrovski.
Según el ministerio ruso de Salud, el niño, que se encuentra actualmente en un “estado de extrema gravedad” y sufre “graves ulceras por frío, un traumatismo craneal y varias fracturas en las piernas”, será trasladado a Moscú para ser atendido en una de las mejores clínicas infantiles.
El bebé fue hallado después de que los socorristas interrumpieran temporalmente las operaciones de rescate el martes por la mañana para consolidar el edificio.
En total, hasta ahora se encontraron los cuerpos de nueve víctimas, todas adultos, según la sucursal del ministerio de Situaciones de Emergencia. Seis personas, entre ellas un niño de 13 años, fueron encontradas vivas. Siguen desaparecidas 32 personas, indicó la misma fuente.
El presidente Vladimir Putin viajó el lunes al lugar del accidente, que dejó a centenares de personas sin techo. Las autoridades abrieron una investigación criminal. El servicio de seguridad FSB confirmó que el accidente lo provocó una explosión de gas.