El celador tenía las llaves de las puertas principales y un arma, estaba frente a varios presos que serían llevados a los juzgados, pero algo pasó; el guardia de seguridad se desplomó frente a los internos. Ellos comenzaron a llamar a seguridad pero nadie respondió.
Los internos intentaron de todo, pero la respuesta no llegó, entonces tomaron la determinación de abrir la puerta. Forzaron la cerradura e inmediatamente auxiliaron al custodio de la cárcel federal de Weatherford, Texas que había sufrido un infarto.
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Nick Kelton fue uno de los héroes de aquél 23 de junio, quien al ser cuestionado sobre por qué corrieron semejante riesgo, su respuesta fue contundente; '(el custodio) Es un buen hombre'.
Tras abrir la puerta, comenzaron a hacer tanto ruido como pudieron hasta que acudieron elementos de seguridad, quienes de inmediato los metieron de nuevo a la celda y llamaron a emergencias. Paramédicos le devolvieron el pulso.