Washington, Estados Unidos.
El presidente republicano de la Cámara de representantes de EUA, Paul Ryan, fue reelecto ayer sin sorpresas, lo que confirma su lugar de hombre fuerte del Congreso e interlocutor privilegiado de Donald Trump.
Los miembros de la cámara baja del Congreso, que ayer inauguraron la actividad parlamentaria, le dieron 239 votos en favor, contra los 189 para la demócrata Nancy Pelosi. Su elección fue casi unánime entre el grupo republicano.
Ultraliberal de 46 años, Ryan hizo la mayor parte de su carrera en el Congreso. Fue candidato a la vicepresidencia en 2012 y en octubre de 2015 se convirtió en “portavoz” de una rebelión del ala ultraconservadora del grupo mayoritario.
Junto con el jefe de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, al otro lado del imponente Capitolio de Washington, Ryan tendrá la responsabilidad de aplicar el enorme programa legislativo de los conservadores que hasta ahora chocaba con el demócrata Barack Obama. Sus relaciones con Trump tuvieron altos y bajos, pero todo cambió tras la victoria de Trump: los dos hombres limpiaron sus diferencias y prometieron una colaboración fructífera.
El presidente republicano de la Cámara de representantes de EUA, Paul Ryan, fue reelecto ayer sin sorpresas, lo que confirma su lugar de hombre fuerte del Congreso e interlocutor privilegiado de Donald Trump.
Los miembros de la cámara baja del Congreso, que ayer inauguraron la actividad parlamentaria, le dieron 239 votos en favor, contra los 189 para la demócrata Nancy Pelosi. Su elección fue casi unánime entre el grupo republicano.
Ultraliberal de 46 años, Ryan hizo la mayor parte de su carrera en el Congreso. Fue candidato a la vicepresidencia en 2012 y en octubre de 2015 se convirtió en “portavoz” de una rebelión del ala ultraconservadora del grupo mayoritario.
Junto con el jefe de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, al otro lado del imponente Capitolio de Washington, Ryan tendrá la responsabilidad de aplicar el enorme programa legislativo de los conservadores que hasta ahora chocaba con el demócrata Barack Obama. Sus relaciones con Trump tuvieron altos y bajos, pero todo cambió tras la victoria de Trump: los dos hombres limpiaron sus diferencias y prometieron una colaboración fructífera.