Mientras Barack Obama se prepara para dejar la Casa Blanca el 20 de enero, aquí van nueve cosas por las cuales su presidencia será recordada:
Hacer historia
Con 47 años recién cumplidos cuando asumió en 2009, Obama aprovechó la oratoria magistral para unir a una coalición electoral diversa detrás del mensaje de 'esperanza y cambio'.
En funciones, Obama a veces luchó para transformar esa poesía en prosa de gobierno. Las tensiones raciales, marcadas por los tiros de la policía contra negros no armados y las teorías de conspiración sobre su lugar de nacimiento, persistieron.
Pero el hecho de haber sido elegido confirma los cambios monumentales de la sociedad estadounidense.
muy grande para fracasar
Una crisis inmobiliaria que provocó una crisis financiera y que saboteó a bancos y líderes de Wall Street, con metástasis en una crisis económica con proporciones globales.
El saliente presidente George W. Bush y la Reserva Federal habían hecho los primeros esfuerzos de contención, pero Obama enfrentó la oposición ideológica con un gran estímulo fiscal, extendiendo el gasto público en 831.000 millones de dólares.
Ahora que deja el gobierno, las consecuencias sociales y políticas de aquel shock aún se sienten, pero la economía sumó nuevos puestos de trabajo durante 75 meses seguidos.
Se hizo justicia
Con estas palabras, el 2 de mayo de 2011, Obama exorcizó la cólera y la frustración de millones de estadounidenses: que el país más poderoso del mundo no pudiera castigar al autor de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
La riesgosa operación de las fuerzas especiales también fue ilustrativa de su polémica estrategia de drones y ataques en la lucha contra el terrorismo.
Ahora que deja el gobierno, las filiales y afiliados de Al Qaida siguen siendo poderosos, pero sus cúpulas en Afganistán y Pakistán fueran diezmados.
Esfuerzo legislativo
Desde el momento en que Obama fue elegido, los republicanos en el Congreso votaron para oponerse a él con dientes y uñas.
Los esfuerzos para cerrar la prisión de Guantánamo y promulgar el control de armas --incluso luego de la masacre de estudiantes en Sandy Hook, el punto emocional más bajo de su presidencia-- fracasaron, víctimas del rencor partidista.
Un acuerdo con irán
Esa maniobra finalmente concluyó con un acuerdo que hizo que Irán detuviera su carrera hacia el arma nuclear a cambio de un alivio en las sanciones y una mayor legitimidad internacional.
El pacto debilitó las relaciones de Estados Unidos con los enemigos de Irán, Israel y Arabia Saudita, pero impidió una carrera armamentista en Medio Oriente y desactivó las tensiones entre Irán y Estados Unidos encendidas desde la revolución islámica de 1979.
Sin cambios sobre Siria
Incluso cuando Bachar Al Assad desafió la línea roja contra las armas químicas de Obama y mató a incontables miles de civiles, con el apoyo de las fuerzas rusas e iraníes, el hombre que llegó al gobierno con la promesa de la antiguerra rechazó todos los llamados para involucrarse.
Cambiar el clima
En un intento por meter el ambientalismo en el cuerpo político estadounidense, Obama escaló los glaciares de Alaska, buceó en la isla de Midway y aceleró la ratificación del Acuerdo Climático de París.
La agenda ambientalista de Obama, sin embargo, se arriesga a caer frente a la agresión sostenida de su sucesor, lo que pone en duda la durabilidad de ese legado.
Un gran acuerdo
Los republicanos criticaron el 'Obamacare' como la encarnación del socialismo. Pero fracasaron en su intento por impedir que el plan pasara en el Congreso. Todavía pueden tener una grieta para derogarlo bajo la gestión de Donald Trump.
Conociendo a los vecinos
Los líderes de izquierda que resurgieron en la región habían reavivado los recuerdos de 'imperialismo yanqui': golpes de Estado, escuadrones de la muerte e intervenciones armadas.
Casi 100 días después de su llegada al poder, Obama le dijo a los líderes regionales en la Cumbre de las Américas que Estados Unidos había cambiado. La estrategia era negarle a presidentes como Hugo Chávez cualquier tipo de excusa que se convirtiera en un espectáculo antiamericano.
Se dio la mano con Chávez, se reunió con el nicaragüense Daniel Ortega y visitó la tumba del arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, asesinado por los escuadrones de la muerte vinculados con Estados Unidos.
Obama aludió 'errores' en el golpe que instaló al dictador Augusto Pinochet en Chile, publicó documentos sobre la participación de Washington en la guerra sucia en Argentina y, por supuesto, visitó La Habana.