Managua, Nicaragua.
Familiares y manifestantes autoconvocados enterraron hoy en Nicaragua a un joven que recibió un disparo en las protestas contra el presidente Daniel Ortega, y que falleció tras más de tres meses en coma, tiempo durante el cual, según su familia, fue acusado de asesinato.
Ezequiel Gamaliel Leiva, de 26 años de edad, quien falleció este lunes en un hospital privado de Managua, recibió una herida mortal el 28 de mayo pasado cuando protestaba junto con otros jóvenes, en los alrededores de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), de Managua.
Con la bandera de Nicaragua puesta sobre el ataúd, que fue bajado hasta la fosa común, los familiares y conocidos del joven le daban el último adiós entre llantos desconsolados.
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'Se habla de paz, pero de la paz que habla el mandatario (Ortega), de eso estamos muy lejos', dijo a periodistas Gamaliel Leiva, minutos antes de enterrar a su hijo en el cementerio 'Milagro de Dios', a las afueras de Managua y bajo un sol abrasador.
De acuerdo con el padre, mientras Leiva se debatía entre la vida y la muerte en el hospital, la Policía Nacional lo acusaba de ser uno de los autores del asesinato del estadounidense Sixto Henry Vera en Managua, la madrugada del 2 de junio pasado.
Ezequiel Leiva fue mencionado por la Policía como jefe de pandilla delincuencial y con antecedentes de droga, robo con intimidación y violencia.
'Yo lo que puedo decir es que mi hijo fue limpio en todo momento, es limpio de toda cosa que se le acuse', señaló Leiva.
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Según organizaciones humanitarias nacionales, extranjeras y multinacionales, entre 322 y 481 personas han muerto en protestas contra Ortega, mientras el Gobierno cifra en 198 los fallecidos.
La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha señalado al Gobierno por 'más de 300 muertos', así como por ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual.
El presidente Ortega no reconoce los señalamientos y argumenta que es víctima de un intento de 'golpe de Estado'.
Las manifestaciones contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder.
