Nuevas nevadas forzaron ayer el cierre de varios aeropuertos en Gran Bretaña y la anulación de vuelos en Francia, donde la situación provocada por la ola de frío puede agravarse por una convocatoria de huelga de controladores y afectar a sus vecinos.
La nieve que volvió a cubrir por la noche varias regiones británicas, y que debía extenderse durante la jornada a todo el país, obligó a suspender los vuelos en el aeropuerto de Gatwick (afueras de Londres), el segundo más importante del país, Birmingham, en el centro de Inglaterra, Southampton y Cardiff, Gales.
Casi un centenar de salidas o llegadas fueron anuladas en el aeropuerto londinense de Heathrow, donde también se registraban importantes retrasos.
En Francia, varios vuelos tuvieron que ser cancelados o sufrieron retrasos debido a la nieve y el hielo.
Entre 40 y 50% de los vuelos fueron anulados en el aeropuerto de Orly (sur de París) y del 30 al 40% en el de Roissy-Charles de Gaulle (norte) por pedido de la Dirección General de Aviación Civil, Dgac, según fuentes aeroportuarias.
La situación podría complicarse por la convocatoria de una huelga de controladores de 48 horas por parte de dos sindicatos franceses.
Los sindicatos se oponen a un proyecto de ley gubernamental que según ellos “desmantelaría” la Dgac, que emplea a doce mil funcionarios públicos.
En Suiza, el aeropuerto internacional de Ginebra empezó a funcionar con retraso cerca del mediodía tras una intensa nevada, indicó un portavoz.
Dadas las severas condiciones climatológicas y la huelga de controladores en Francia, “vamos a tener una jornada muy perturbada”, declaró su portavoz.
Además de los aeropuertos, el temporal de frío en Gran Bretaña complicó el tráfico automotor y ferroviario, donde se registraban retrasos importantes.
Cierran carreteras
La nieve, que en algunas zonas del noroeste de Inglaterra y en Gales llegó a los quince centímetros de espesor, obligó a cerrar varias carreteras, como el puente sobre el río Severn que une esos dos partes del Reino Unido.
Las autoridades británicas impusieron restricciones en el uso de sal debido a la escasez de las reservas provocada por la ola de frío que azota el país desde mediados de diciembre, la más prolongada en al menos treinta años.
Por primera vez, el centro de Londres se despertó también cubierto por una fina capa blanca, aunque el metro y los autobuses circulaban normalmente. Miles de niños disfrutaron de otro inesperado día de vacaciones debido al cierre de cientos de escuelas en todo el país.