Luego de diez días de recibir la orden de desalojo de parte de un juez, Michael Rotondo, de 30 años, el “millennial” que se negaba a irse de la casa de sus padres, finalmente hizo las maletas y se fue.
Antes de partir, se despidió “más o menos” de sus padres, según recoge un reporte publicado por CNN.
El inusual caso logró llegar hasta los medios en vista de la drástica acción de sus padres, Mark y Christina Rotondo, quienes procedieron a tomar acción legal al demandarlo judicialmente para que desalojase la casa en a que había vivido los últimos ocho años sin contribuir para los gastos, colaborar con las tareas domésticas o con el mantenimiento de la vivienda.
Confrontado con esta acusación, el hijo argumentó que era entendido que él no tenía obligación de hacer ninguna de esas cosas, lo que no convenció al juez y otorgó la demanda a los padres, procediendo la Corte a emitir una orden de desalojo.
El plazo de desalojo se vencía este viernes 1 de junio y el joven declaró en un breve contacto telefónico que se mudaría a un apartamento obtenido a través del servicio de Airbnb
En una entrevista concedida a un medio local, Rotondo explicó que años atrás tuvo un trabajo y vivía en su propio apartamento, pero perdió ambas cosas por culpa de la crisis económica, viéndose obligado a irse a vivir nuevamente con sus padres.