Oaxaca, México.
Miles de maestros que se oponen a la reforma educativa mexicana, junto a sus simpatizantes, se manifestaban ayer en la ciudad de Oaxaca para repudiar lo que calificaron de “masacre”, tras un confuso enfrentamiento el domingo entre policías y manifestantes que dejó seis muertos, según cifras oficiales. Aunque el coordinador de la Comisión Política de la Sección 22, Juan García, dijo en una rueda de prensa en Oaxaca que hay ocho muertos tras el enfrentamiento con fuerzas de seguridad federales y estatales el domingo en el municipio Asunción Nochixtlán.
Además, señaló que contabilizan 22 desaparecidos y 45 heridos, y que el Gobierno se valió de infiltrados en su movimiento con el fin de justificar la represión.
¿Qué bando disparó primero? “Eso aún no los sabemos, se tiene que decidir en la investigación”, dijo el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, a Radio Fórmula.
En su balance de las protestas del domingo, el gobierno informó que suman seis los fallecidos en Nochixtlán, ninguno de ellos maestro, mientras que en Juchitán dos hombres, uno de ellos un periodista gráfico que tomó imágenes de saqueos, fueron asesinados a balazos por desconocidos.
Las autoridades investigan una posible “venganza” contra el reportero por haber exhibido las imágenes del saqueo en las redes, dijo por su parte el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué.
En Oaxaca, capital homónima del estado, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) encabezó una multitudinaria manifestación “en repudio a la masacre” y para exigir “castigo a los culpables” y la aparición con vida de 22 personas que reporta como desaparecidas.
La manifestación llegó al Zócalo en medio de llamados de no caer en la violencia, aunque una docena de encapuchados, que avanzaba al margen de la movilización, lanzaron piedras y petardos contra policías frente al Instituto Estatal de Educación Pública, quienes respondieron con una bomba lacrimógena.
Clara Revilla Lucas, maestra de 50 años que desde hace 27 enseña en la sierra, viajó tres horas con su hijo adolescente desde su natal Villa Hidalgo Yalalag para asistir a la marcha “por la represión que hubo contra los compañeros”.
El problema
La CNTE, ala radical del sindicato de maestros, rechaza una reforma educativa de 2013 porque estipula que las plazas de maestros serán asignadas por el gobierno y no por el sindicato, como ocurría, impone evaluaciones a docentes y denuncian que la misma conduce a privatizar la enseñanza.
El presidente Enrique Peña Nieto, quien impulsó esa reforma, lamentó en Twitter “la pérdida de vidas humanas” e informó que la fiscalía general colaborará con autoridades para “deslindar responsabilidades y castigar a responsables”.
Luego de que el gobierno rechazara que los uniformados hubieran disparado contra los manifestantes, Galindo reconoció que los uniformados recurrieron a sus armas ante el acecho de unas 2,000 personas “radicales”, algunas armadas, después del desalojo de las carreteras.
Miles de maestros que se oponen a la reforma educativa mexicana, junto a sus simpatizantes, se manifestaban ayer en la ciudad de Oaxaca para repudiar lo que calificaron de “masacre”, tras un confuso enfrentamiento el domingo entre policías y manifestantes que dejó seis muertos, según cifras oficiales. Aunque el coordinador de la Comisión Política de la Sección 22, Juan García, dijo en una rueda de prensa en Oaxaca que hay ocho muertos tras el enfrentamiento con fuerzas de seguridad federales y estatales el domingo en el municipio Asunción Nochixtlán.
Además, señaló que contabilizan 22 desaparecidos y 45 heridos, y que el Gobierno se valió de infiltrados en su movimiento con el fin de justificar la represión.
¿Qué bando disparó primero? “Eso aún no los sabemos, se tiene que decidir en la investigación”, dijo el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, a Radio Fórmula.
Ayer, los docentes que marcharon en Oaxaca pidieron diálogo y un alto a la represión del Gobierno de Peña Nieto. Foto: AFP/Héctor Guerrero
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Las autoridades investigan una posible “venganza” contra el reportero por haber exhibido las imágenes del saqueo en las redes, dijo por su parte el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué.
En Oaxaca, capital homónima del estado, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) encabezó una multitudinaria manifestación “en repudio a la masacre” y para exigir “castigo a los culpables” y la aparición con vida de 22 personas que reporta como desaparecidas.
La manifestación llegó al Zócalo en medio de llamados de no caer en la violencia, aunque una docena de encapuchados, que avanzaba al margen de la movilización, lanzaron piedras y petardos contra policías frente al Instituto Estatal de Educación Pública, quienes respondieron con una bomba lacrimógena.
Clara Revilla Lucas, maestra de 50 años que desde hace 27 enseña en la sierra, viajó tres horas con su hijo adolescente desde su natal Villa Hidalgo Yalalag para asistir a la marcha “por la represión que hubo contra los compañeros”.
Un camión que transportaba pollos fue incendiado. Foto: AFP
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La CNTE, ala radical del sindicato de maestros, rechaza una reforma educativa de 2013 porque estipula que las plazas de maestros serán asignadas por el gobierno y no por el sindicato, como ocurría, impone evaluaciones a docentes y denuncian que la misma conduce a privatizar la enseñanza.
El presidente Enrique Peña Nieto, quien impulsó esa reforma, lamentó en Twitter “la pérdida de vidas humanas” e informó que la fiscalía general colaborará con autoridades para “deslindar responsabilidades y castigar a responsables”.
Luego de que el gobierno rechazara que los uniformados hubieran disparado contra los manifestantes, Galindo reconoció que los uniformados recurrieron a sus armas ante el acecho de unas 2,000 personas “radicales”, algunas armadas, después del desalojo de las carreteras.